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El triunfalismo priista se desborda. Dentro de unos días Enrique Peña Nieto será el presidente electo de México, gritan los animadores del evento y a su alrdedor una multitud secunda la afirmación con porras y aplausos.
Hay miles de personas en el evento que encabezará dentro de unos momentos el candidato presidencial Enrique Peña Nieto; son muchos pero no los 30 mil que pregona la propaganda priista. Y de la multitud, no todos atienden las arengas partidarias; mucha gente, la gran mayoría mujeres y niños, caminan de un lado para otro, ajenos al ambiente partidario y lejos del templete donde estará el candidato dentro de unos momentos.
La organización del evento se distingue por las medidas de seguridad, estrictas para el acceso a las áreas más cercanas al templete principal. A esas áreas a las que sólo llega gente con identificación especial; muchos son periodistas y ya tienen reservado su espacio; y en el área central, la más cercana al templete y por donde pasará el candidato, la zona VIP. Candidatos regionales y gente de buena posición económica que expresa su fidelidad a Enrique Peña Nieto.
Por fin llega el personaje central. Aclamado por la multitud, se da tiempo para saludar a los de la zona VIP y espera su turno. El primero en hablar es Rogelio Díaz Brown, candidato a la presidencia municipal, quien retoma la bandera de su campaña, la oposición al acueducto, y de nuevo desperdicia una causa justa para asumir el papel menor de quien opta por el enfrentamiento verbal en vez de argumentar una convicción legítima.
Enseguida viene Peña Nieto. Impulsado por los gritos de apoyo, expone sus propuestas, llama a sus simpatizantes a no confiarse de la ventaja que le dan las encuestas.
En el ambiente de más de 35 grados centígrados, el candidato de la alianza PRI-PVEM a la Presidencia de la República toca el tema del agua y asume la misma posición que han adoptado todos los candidatos priistas no cajemenses: Beltrones, Gándara, Pavlovich... Promete pero no se compromete.
Dice, sí, que buscará soluciones que no lleven al enfrentamiento pero en ningún momento afirma lo que quisieran oir los presentes: Una oposición firme al acueducto.
“Quiero garantizar agua para todos, agua para la gente de aquí, agua para la gente de Hermosillo, pero lo voy a hacer en el estricto estado de derecho, respetando la legalidad, vamos a impulsar nuevas formas para garantizar abasto de agua para todos los sonorenses”, declara.
Además, promete, construirá un hospital del IMSS en Nogales, un libramiento carretero en Ciudad Obregón y ampliará y modernizará el puerto de Guaymas para la generación de 10 mil nuevos empleos.
En otro tema, explica por qué no asistirá al debate presidencial del YoSoy132, a la vez que reitera su respeto a quienes se oponen a su candidatura.
Y mientras tanto, cerca de allí, un grupo de priistas agreden verbalmente y con objetos que lanzan al contingente del YoSoy132 que se manifiesta en la calle Guerrero.
