Las obras inconclusas en la Laguna del Nainari, en el área donde se encuentran los puestos de venta de cocos, representan un riesgo sobre todo para los niños, informó Guadalupe Leyva Félix.
El representante de los vendedores de cocos, expuso que el área de ingreso a la laguna del Nainari es una de las partes inconclusas, donde hacen falta áreas verdes, sombra y barandales a la orilla de los puentes de acceso que llevan a los visitantes del área de estacionamiento hasta donde se ubican los puestos de cocos.
“La obra no está concluida, falta reforestación, faltan la sombra, estamos a la intemperie, y la protección del canal secundario, porque está peligroso para los niños, como quedamos muy a la orilla, no hay seguridad, tiene que estar uno al pendiente para que no pase ningún accidente”, dijo.
Mencionó que desde que se trabaja en la modernización de la laguna, no tienen servicio de luz, ni en los puestos ni frente a estos, por lo que cada coquero debe instalar diariamente su planta de luz.
“No todos los negocios venden lo mismos, hay áreas privilegiadas, si tú te vas para allá para el final de la laguna, del lado poniente, hay mucho negocio cerrado por incosteable, hay muchos compañeros a los que no les llega la gente por allá, por la oscuridad, por el temor, por lo lejos, aquí nada más estamos con la gente del seguro, la del parque y la gente que alcance estacionamiento, porque es poco estacionamiento”, añadió Leyva Félix.
El representante de los vendedores de cocos añadió que en las obras de modernización no contemplaron accesos para personas con capacidades diferentes, en lo cual insta al Ayuntamiento de Cajeme a trabajar.