De nueva cuenta Felipe Calderón Hinojosa le limpía el camino a Enrique Peña Nieto al promover que se apruebe la reforma laboral antes de la toma de posesión del mexiquense.
Como lo hizo con el golpe contra MVS y la propuesta para el nuevo avión presidencial, ahora Calderón trata de evitar molestias a su sucesor emtregándole el poder con una nueva legislación laboral que hará más pobres e indefensos a los trabajadores mexicanos.
Esta nueva ley, promovida por la élite empresarial del país, tiene dos objetivos básicos: Impulsar el outsourcing, es decir, promover la contratación laboral a través de terceros que reducen al mínimo los derechos laborales, devaluando aún más el valor del trabajo, y debilitar a los sindicatos.
Para conseguir estos objetivos, Calderón, Peña Nieto y la élite empresarial utiizarán a la mayoría de los nuevos diputados y senadores, esa clase política dispuesta a la abyección si es necesario con tal de proteger sus privilegios.
Será la primera traición que los nuevos diputados y senadores cometerán contra el pueblo de México. Para justificar su villanía acudirán a un discurso economicista demagogico que pondera la "productividad", las "utilidades" y la "disciplina laboral", por encima de la condición humana del trabajo.
La nueva reforma laboral profunidzará las ya de por sí enormes diferencias entre pobres y ricos; creará las condiciones para avanzar hacia el esclavismo de la era tecnológica.
Entre debates amañados, diputados y senadores borrarán de un plumazo las conquistas laborales que alcanzaron los trabajadores en más de cien años de lucha.
Traicionarán a la historia, traicionarán a los mexicanos.
Elementos contra los trabajadores contenidos en la reforma laboral propuesta
Se facilita la subcontratación u outsourcing.
Se legaliza la figura de “multihabilidades”.
Periodos de prueba de 180 días (contratos de aprendizaje).
Se privilegia la productividad del trabajador sobre la antigüedad, como criterio evaluador.
Flexibilización de jornadas laborales.
En la exposición de motivos, el presidente Felipe Calderón argumenta que estos impulsos están pensados “con el propósito de atender las circunstancias que privan en el mercado laboral”.
La Ley Federal del Trabajo no se ha modificado de forma sustancial en las últimas cuatro décadas.
(Con información de Reforma y Notimex)