A la mayoría de la población cajemense, y mexicana en general, los derechos ciudadanos que hoy tiene la mujer le parecen naturales, como todos los derechos humanos, y pocos se imaginan que hace apenas sesenta años, estos derechos no eran reconocidos.
La mujer no podía votar ni ejercer actividades públicas que eran dominio exclusivo de los hombres. El sexismo, el machismo y otros tipos de discriminación de género eran "normales" en la vida pública de nuestro país.
Esto fue cambiando poco a poco gracias a la lucha de las mujeres organizadas y a la de hombres que comprendieron el error histórico en el que se había vivido.
Hace cincuenta años se aprobó el voto de las mujeres. El logro fue de muchas y muchos, gracias a eso se superó un absurdo social y político.
Hoy la Red Feminista de Sonora tiene a bien recordar este aniversario y por la trascendencia del hecho deberíamos recordarlo con más énfasis desde las diferentes instituciones públicas.
Pero los encargados o directores de esas instituciones están muy ocupados con sus grillas.