Una interesante colección de comics, otra de National Geographic y libros que son lecturas indispensables y tres tristes Fridas escuchando poesía, son algunos de los aspectos que pudimos captar en la apertura de la Feria del Libro.
En la explanada de la Biblioteca Pública y en el espacio contiguo de la calle 5 de Febrero se expresa en estos días algo de lo que podría ser la vida cultural de Cajeme si hubiera más apoyo a este tipo de iniciativas y menos grilla en el ambiente.
Hay aquí pretextos para platicar largo y tendido sobre alguno de los libros en venta, o para sentarse a escuchar al cuenta cuentos que exhibe su capacidad histriónica.
Quédese un rato contemplando los discos longplay que nos ofrece Javier Martínez, busque las ediciones más recientes del área jurídica, vea qué hay de lo nuevo y de lo no tan nuevo en el mundo editorial.
No diga que es una Feria modesta si no tiene usted el tiempo necesario para detenerse en cada uno de los puestos de venta o para sentarse a escuchar a un escritor que presenta su libro.
No haga alardes de visitas a la Feria Internacional del Libro en Guadalajara si antes no ha pasado un buen rato por esta Feria de la Biblioteca.