Se llaman Twinkies. Unos pequeños bizcochos rellenos que desde 1930 son un clásico en las tiendas de Estados Unidos. Pero, si nadie lo evita, su desaparición será inminente tras el cierre de la fábrica Hostess, lo que ha generado una ola de nostalgia y compras masivas de los consumidores.
Apenas 24 horas después de que el fabricante anunciara su cierre y el despido de la mayoría de sus 18.500 trabajadores tras una huelga de sus panaderos, la reacción fue inmediata en las redes sociales, pero también en las tiendas, donde muchos acudieron a comprar sus idolatrados pasteles por si fuera la última vez.
"Agotadas las existencias de Twinkies en las ciudades de Colorado", anunciaba el diario local Sacramento Bee al día siguiente de que Hostess hiciera pública su decisión mientras se acumulaban en la red imágenes de gente haciendo acopio de bizcochos.
"Se ha desatado una locura con los Twinkies", decía un usuario de Twitter, al compartir una imagen con una estantería completamente vacía y la etiqueta con el precio del pastel.
La merienda tras la II Guerra Mundial
Estos bizcochitos rellenos de crema de vainilla se convirtieron en un elemento imprescindible en las mochilas del almuerzo de los niños tras la Segunda Guerra Mundial, pues constituía un complemento a los bocadillos a un precio muy bajo.
Pero la historia de estos pasteles no termina en las anécdotas familiares, su lugar en la cultura estadounidense es tan fuerte que incluso han tenido sus "cameos" en varios filmes de Hollywood, como en la película Wall-E (2008). En este largometraje animado de Pixar el protagonista da un salto de cientos de años hacia un futuro al que solo sobreviven dos elementos de la época que deja atrás: las cucarachas y los Twinkies, su pastelito favorito.
Pero estos bizcochos también tienen su episodio dentro del sistema judicial estadounidense, cuando un abogado de San Francisco argumentó en 1979 que su cliente no podía ser condenado por asesinato en primer grado porque ingerir tanto Twinkie había afectado a su capacidad mental y agravado su depresión.
En este caso, la conocida como Defensa Twinkie no ayudó demasiado al acusado, Dan White, quien fue declarado culpable de homicidio voluntario de los asesinatos del alcalde de la ciudad George Moscone y el activista Harvey Milk, cuya historia también ha sido llevada al cine.
Los orígenes
Fue James Dewar, panadero de Illinois en los años 30, quien creó el pastel cuando a la empresa para la que trabajaba se le acabaron las existencias de fresas para las tartas rellenas que fabricaba.
Dewar no veía ninguna razón para parar las máquinas, así que formuló un pastel de crema de banana que, con el racionamiento de la guerra, se transformó en crema de vainilla.
Aquel panadero no podría imaginar que su bizcocho tendría tanta fama, pero ahora son los estadounidenses quienes no se pueden creer que desaparezca su preciado pastel, aunque todavía existe la esperanza de que alguna empresa compre la patente y continúe con la producción.
Pero lo cierto es que mientras se despeja la incógnita la nostalgia por un dulce ha vaciado las estanterías.