Una bella tarde de lluvia primaveral sorprendió a los cajemenses.
La temperatura perfecta, ni frío ni calor.
El ambiente ideal para las mejores cosas que uno desee hacer. Para leer un buen libro, poemas de Neruda tal vez.
Escuchar la música que llegó para quedarse, una canción francesa o el "Farolero" de Fredy Noriega.
Para tomar un café en compañía de los amigos, hablar de tiempos idos y de los rostros que pasan por la vida.
O para reunirse con la persona amada y caminar juntos bajo la lluvia.
O para ponernos cursis como ahora. Se vale.