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Una escena nocturna de ayer domingo evidencia la realidad ambiental de nuestro valle y ciudad.
Y en dicha realidad destaca la quema de gavilla de trigo como una práctica que permanece a pesar de las advertencias de las autoridades y de los daños que causa en la salud de muchas personas con alergias y enfermedades respiratorias crónicas, como el asma.
La quema de gavilla persistirá sin duda mientras las amonestaciones sean verbales o se multe sólo a uno o dos y queden impunes aquellos que por "sus buenas relaciones" hacen lo que les da la gana.
Apenas la semana pasada el director de Gestión Ambiental del Ayuntamiento, Heliodoro Encinas Navarro, aseguró que se multaría a razón de 520 pesos por hectárea a los productores que realicen estas quemas.
Subrayó el funcionario que las autoridads serían muy enérgicas con los infractores.
El impacto de sus palabras y advertencias se refleja en la foto que aquí presentamos, y en otros terrenos del Valle del Yaqui.
La foto que aquí presentamos fue tomada alrededor de las 9:00 de la noche de este domingo 12 de mayo. El campo donde arde la gavilla se encuentra a espaldas de la fábrica de la Cervecería Modelo.
