|
|
A las 04:00 horas el músculo duerme y la ambición descansa, pero El Chuy no conoce el tango que afirma lo anterior por eso él a esa hora de la madrugada recorría las calles de la colonia Casablanca cargando un tanque de gas.
En la calle no había nadie que viera esa exhibición de fuerza realizada por El Chuy, salvo unos policías que a bordo de una patrulla lo siguieron intrigados por la descomunal fuerza del hombre que cargaba el tanque de gas.
Pero como El Chuy sospechó que no lo querían para que les firmara autógraos, emprendió la huida a fuerza de carrera no sin antes dejar caer en el suelo el pesado cilindro.
Su descomunal fuerza sin embargo no era igualada por su velocidad ya que El Chuy es demasiado lento y los jenízaros sin hacer un esfuerzo pronto le dieron alcance y lo sometieron verbalmente.
Le dijeron "si no te detienes te disparamos".
-¿Una soda? -preguntó El Chuy queriéndose hacer el chistoso pero su risa se congeló al ver sendas pistolas debajo de los abultados abdòmenes de los policías.
Allí terminó la jornada para el hombre fuerte de Casablanca quien fue remitido al feudo de don Isaac Apodaca.
