Al grito de “hijo, hija, escucha, tu madre está en la lucha”, cientos de mujeres vestidas de blanco, con flores blancas en la mano, y la fotografía de uno o varios hijos en brazos, estas madres-leonas, madres-guerreras, madres-dignidad, llegadas de varias partes del país, ocuparon el Angel de la Independencia para conmemorar el 10 de mayo gritando, rabiando, llorando por los hijos que no tienen en brazos porque están
desaparecidos.