Dueños históricos del agua que corre por su río, los yaquis no han disfrutado de este don de la naturaleza como lo hacemos en la ciudad y en las tierras de cultivo.
Desde hace varios años, tal vez décadas o siglos, la escasez de agua potable y la ausencia del drenaje sanitario son dos problemas comunes en algunos sectores de los principales pueblos de la etnia y en las comunidades pequeñas que rodean a éstos.
El consumo del agua que llevan canales de riego agrícola es una práctica frecuente en pequeñas comunidades yaquis.
Miguel Cota Tórtola, quien fuera regidor étnico en el cabildo de Cajeme, menciona esta problemática con un caso típico:
Durante la administración municipal de Francisco Villanueva Salazar se inició la obra de drenaje sanitario para la Loma de Guamúchil. Pero al concluir dicha administración la obra quedó allí, inconclusa.
Vino el período de Manuel Barro y la obra siguió allí, abandonada, y en lo que va del gobierno de Rogelio Díaz Brown aún no hay señas de que vaya a ser reiniciada.
La obra está casi al 70 por ciento, le falta poco pero no la terminan y sólo unas cuantas casas de la Loma de Guamúchil tienen drenaje sanitario; la mayoría sigue valiéndose de la tradicional fosa séptica, afirma Cota Tórtola.
En los prinicpales pueblos de la etnia algunas casas hay llaves para toma de agua, en otras no. Y la proporción de las que no tienen crece sustancialmente en las comunidades.
Esta es la realidad diaria del agua y la etnia yaqui.
