Los números finales de la elección extraordinaria por la diputación local del Distrito XVII, donde el PRI obtuvo una victoria contundente con el 61.74% de los votos, reflejan el estado de ánimo de la masa electoral cajemense.
Y el ánimo principal no es otro más que el abstencionism electoral de la gran mayoría de la población. Sólo tres de cada diez electores acudieron a las urnas, y a esto descuéntese aquellos que fueron "acarreados" por los partidos.
Los factores de la candidata priista, Rosana Coboj, son obvios: Prevalece en la población el rechazo al acueducto Independencia y al impuesto Comun.
Aunque también tuvo que ver la manipulación sentimental resumida con la presencia de Coboj en la urna electoral acompañada de su hijo a quien subió a la mampara para tachar la papeleta y lo hizo depositarla en la urna ante las ansiosas cámaras de los medios de comunicación.
En abono a esta escena de mal gusto podría afirmarse que lo grotesco no es una excepción en el marketing político tercermundista.
En resumen, se impuso la organización y "oficio" de la maquinaria priista sobre sobre un PAN debilitado por sus errores y la experiencia poco satisfactoria de su reciente administración municipal.
El PRD, PT y Movimiento Ciudadano se quedaron como el chinito: Nomás milando.
Reconoce Méndez su derrota
Fructuroso Méndez Valenzuela reconoció su derrota electoral ante la candidata priista.
Méndez agradeció a los ciudadanos que votaron por él y llamó a respetar los resultados y a seguir trabajando por el bienestar de Cajeme.
Por su parte Juan Valencia Durazo, dirigente estatal del PAN, aceptó también la derrota de su partido y comentó que hasta el momento no existe alguna posibilidad de que impugnen los resultados.