Hay veces en que el cuerpo me sobra, en que la muerte
me puebla, aunque yo siga de pie, quizás hablando.
Empero sé que estoy profundamente muerto,
que la palabra es lápida sobre mi forma, puesta.
(Fragmento del Poema “Espejo de la Muerte” de Juan Liscano)
De Ciudad Juárez se han dicho muchas cosas, casi todas ciertas: que junto con su homóloga El Paso, Texas, constituye la mancha urbano-fronteriza más grande del mundo, cierto; que su movimiento cultural es muy pobre por ser una ciudad compuesta en su mayor parte por migrantes, falso –cuenta con dos orquestas sinfónicas, una compañía de ballet clásico, diez museos, diecisiete universidades y galerías y centros culturales de muy diversa índole- ¿qué es el hogar de las chelas y la carne asada? falso –en eso Obregón se los lleva de calle, con todo y ser más pequeña- ¿la ciudad donde las pizzas llegan más rápido que la policía? cierto, ¿la frontera más violenta del mundo?….También cierto.
Asiento de una misión española en sus inicios -las mafias sentaron sus reales en ella recién iniciada la década de los cuarentas del pasado siglo, cuando en México se permitió el cultivo de la amapola para surtir de morfina y heroína a los combatientes norteamericanos de la Segunda Guerra Mundial- Juárez es hoy un crisol cultural, quizás el mayor en el norte del país, con todos los problemas de integración que esto supone.
La guerra terminó, pero no así la avidez por las ganancias del narco.
De entonces a la fecha, han corrido no solo los años, sino también la sangre y ya no solo la de quienes –en razón de sus ocupaciones- se ven envueltos directamente, como delincuentes y policías, sino la de inocentes que se atraviesan, o –nueva modalidad- la de quienes quieren limpiarse en centros de rehabilitación:
Murió Alí Chumacero
mi casa se moja
en Juárez catorce chicos murieron anoche
y trece más en Tijuana su camino siguieron….
se moja mi alma
arden las balas
por sangre inocente vaciada….
Era 1993 –el salinato estaba en su apogeo- cuando los mexicanos comenzamos a enterarnos de una de las más grandes aberraciones cometidas en nuestro suelo: los crímenes brutales de más de cuatrocientas mujeres (eso según cifras oficiales, porque las no oficiales afirman ser más de seiscientos) en Cd. Juárez, el industrializado paso de migrantes en la frontera con los Estados Unidos (de ahí su antiguo nombre de “Paso del Norte”).
El holocausto tomó pronto nuevos y aun más sombríos tintes: el sepia oxidado de la sangre seca, se tornó en un fresco rojo rubí, sí, el de Rubí Freyre Escobedo, el más emblemático de los casos –por su notoriedad en las redes sociales- de una tristemente nueva etapa de este martirologio criminal: El del exterminio de las madres que buscaban a sus hijas desaparecidas y exigían justicia para ellas: Marisela Escobedo fue ultimada a tiros a la entrada del Palacio de Gobierno de Chihuahua, el 16 de diciembre de dos mil diez, cuando se encontraba a punto de iniciar un día más de protesta por el feminicidio de su hija, ocurrido dos años antes.
Mi casa se moja
-y el plomero que no llega-
mientras el cielo reclama
y reclama
y reclama
y reclama…..
por almas por el diablo enviadas…..
“Feminicidio”…término espeluznante que de entonces a la fecha pasó a formar parte de nuestro vocabulario habitual y al que -por si fuera poco- se encadenaron otros: osamentas, torturas, violaciones…. el lenguaje del horror había llegado para quedarse. Nunca como hasta entonces las finas manos de la muerte cortaron los hilos de la vida con tan escrupulosa precisión: los de las jóvenes féminas eran los de sedería más rica, los de más brillante fulgor…y sus favoritos para tronchar. En eso, las veinteañeras de barrios como Tierra Suelta, Salvarcar, Barrio Alto, Revolución, Linda Vista, El Chamizal, Azteca y La Anapra, tuvieron las de ganar. Entonces, como ahora, nadie sabe, nadie supo…
Paso del Norte,
qué lejos te vas quedando.
Tus divisiones
de mí se están alejando…
Escuchando el viejo corrido en versión de Antonio Aguilar, la canija cortaba sin distingo las vidas de madres, hijas, hermanas, novias y esposas de alguien. En la cruenta labor importaba solo que fueran mujeres. Desde entonces, fiscalías especiales y comisiones de la verdad han ido y venido sin casi ningún resultado y digo casi, porque como toda regla, esta también tiene una excepción, en este caso llamada “Campo algodonero”. en alusión al nombre de un paraje donde en noviembre de 2001 fueron hallados los cuerpos mutilados y con evidencias de fuerte ataque sexual, de ocho mujeres.
Los familiares de tres de ellas (una adulta y dos menores de edad), elevaron su demanda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la CIDH, instancia que condenó a México al cumplimiento de una serie de medidas resumidas en cinco puntos sustanciales:
1. Identificar, procesar y sancionar a los responsables materiales e intelectuales de la desaparición, maltratos y privación de la vida de las jóvenes Claudia Yvette González de veinte años, Esmeralda Herrera, de quince y Laura Berenice Ramos de diecisiete.
2. Investigar a los funcionarios que fueron encontrados culpables del mal manejo de los cuerpos, de emitir comentarios obscenos sobre las víctimas, del hostigamiento sufrido por sus familiares y de alterar las investigaciones y las pruebas encontradas in situ.
3.Realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional por parte del Estado Mexicano en memoria de Claudia, Esmeralda y Laura.
4. Levantar un monumento en memoria de las mujeres víctimas de homicidio por razones de género en Ciudad Juárez, entre ellas las víctimas de este caso, como forma de dignificarlas y como recuerdo del contexto de violencia que padecieron y que el Estado se compromete a evitar en el futuro y por último:
5. Generar las condiciones sociales y de impartición de Justicia necesarias para investigar todos los delitos que se relacionen con desapariciones, violencia sexual y homicidios de mujeres, contempladas en todos los protocolos suscritos por México.
Los pobres de mis hermanos
de mi se están acordando
Ay cruel destino,
para ponerse a llorar…
Hasta el momento, de la primera condición, solo se ha cumplido con detener a tres personas, una de las cuales murió en prisión en circunstancias sospechosas, otro fue declarado inocente y el tercero aun enfrenta proceso.
En cuanto a la segunda, algunos de los funcionarios señalados en la demanda inicial solo han sido destituidos de sus cargos.
La tercera condición no se ha cumplido y de la cuarta, que es el monumento, no se verificó como lo ordena la sentencia de la CIDH, pues únicamente fue colocada la primera piedra de lo que después devino en un simple campo lleno de flores y a cuya inauguración no asistieron –incumpliendo el ordenamiento anterior- ni el entonces Presidente de la República Felipe Calderón, ni el Gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez , así como tampoco el Presidente Municipal juarense Héctor Murguía Lardizábal, recayendo la declaratoria en el secretario del ayuntamiento y el municipio no giró invitación a ningún representante internacional que pudiera dar fe del hecho.
Todo a oscuritas….De la quinta orden, mejor ni hablar…..
“Se mira en el espejo… Hirsuta, hurga en su rostro la verdad de sus arrugas, que no encuentra (yo quiero uno de ésos) Le lastiman sus ropas, desprendiéndose a jirones acaso por la acción vehemente de la arena del desierto. Del cristal sale un humo denso, oloroso a copal y al húmedo amargor de la sangre. Observa con detalle sus manos descarnadas y –de súbito- lo comprende todo: la superficie que la refleja no es otra sino el negro espejo de Tezcatlipoca, Señor de la muerte y ella entonces es Susana, es Marcela, es Olga, Inés, Blanca, Martina, Cecilia, Jennifer, Catalina, es, ….. es….. es…..¡es todas las muertas de Juárez!”
COLOFÓN:
Y por si fuera poco, como una burla final, cuando localizan algún cuerpo, lo entregan por partes y a los deudos equivocados…
Fuentes:
Valdés Leal, Felipe. Paso del Norte. http://es.wikipedia.org/wiki/Que_seas_muy_feliz
Poder Judicial de la Federación. Suprema Corte de Justicia de la Nación. Coordinación Nacional del Programa de Equidad de Género del Poder Judicial de la Federación. González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México. Corte Interamericana de Derechos Humanos, 16 de Noviembre de 2009. Resumen Ejecutivo.
Revista Proceso: "Entregan a dos madres, por partes, cadáveres equivocados de sus hijas".