José Alberto es un joven de 18 años de edad, invidente; actualmente estudia sexto semestre de Preparatoria en la localidad de Esperanza, en el Municipio de Cajeme.
Dentro de él alberga un sueño:
Convertirse algún día en profesor para enseñar a personas con algún tipo de capacidad distinta, como él.
Sin embargo, hasta hace unos días su promedio de 7.6 constituía la principal barrera para que se le negara el derecho a realizar el examen de admisión en la Escuela Normal Estatal de Especialización en Providencia, ya que el promedio mínimo debe ser 8.
José solicitó apoyo a la Comisión Estatal de Derechos Humanos cuyo titular, Raúl Ramírez Ramírez, lo contactó con las autoridades de Educación que atendieron la solicitud del joven cajemense y le aplicaron el examen de admisión a la escuela normal.
“Ayer lo hice ya, yo digo que me fue bien, no sé, hasta el día 21 de mayo me dicen cómo salí”, dice José desde su teléfono celular.
Está en receso en el Cecytes de Esperanza, son sus últimas semanas en la Preparatoria.
Una vez concluidos sus estudios de bachillerato, buscará convertirse en un profesionista e integrarse de igual forma al campo laboral.