TUCSON, ARIZ.- Hace dos años un niño sonorense murió en Nogales, Sonora, a causa de las balas que le dispararon agentes de la Border Patrol desde el otro lado de la línea fronteriza, en Nogales, Arizona.
José Antonio, la víctima, descansaba en la calle después de jugar una "cascarita" de basquetbol con sus amigos, cuando se desvaneció herido de muerte por ocho balas disparadas a sangre fría y que se le incrustraron en la espalda.
No hubo ninguna justificación por el ataque. José Antonio murió prácticamente fusilado por el odio de los agentes de Border Patrol hacia los migrantes, el odio que los llevó a evadir las normas internacionales, disparar desde un país a otro para asesinar a un menor de edad inocente. Aunque ellos hayan dicho que José Antonio y sus amigos les lanzaban piedras.
Dos años después del suceso que le arrancó una parte de su ser, Aracely Rodríguez, la madre de José Antonio y radicada en Navojoa, busca un poco de alivio en la justiciarder y ha entablado una demanda contra la Border Patrol, demanda que entró a la Corte de Tucson.
Cuando José Antonio murió no hubo una respuesta enérgica por parte del gobierno mexicano, tampoco del sonorense, salvo las declaraciones de rutina para que los gobernantes se laven las manos.
Hoy, al iniciar el proceso legal de la demanda, la madre de José Antonio espera el apoyo de las autoridades mexicanas. ¿Lo tendrá?