“Ediles incendiorum extinguidorum”, así llamaban en Roma a los bomberos.
Desde las civilizaciones más antiguas se contaba con este servicio que en Ciudad Obregón se organizó formalmente en 1949.
Antes hubo grandes incendios, como el que acabó con la Casa Byerly y varias fondas aledañas en la calle Sufragio Efectivo, allá por 1926. Para enfrentar a las llamas los vecinos de Cajeme no tenían más que su valor y unos cuantos baldes.
Fue hasta 1948 cuando Claudio Dabdoub, vendedor de extinguidores de incendios, buscó apoyo entre los fabricantes de estos artefactos y comerciantes de la ciudad para adquirir una bombera.
Sus gestiones fueron inútiles. La ciudad carecía de agua potable entubada y se pensaba que la adquisición de una motobomba era una torpeza.
En abril de1949 Ramón M. Ochoa reinició las gestiones coordinando a un grupo de ciudadanos que trabajarían por este proyecto. Después se formó otro grupo con el mismo fin pero ahora integrado por hombres de empresa como Pedro Zaragoza, Francisco Obregón, Claudio Dabdoub, Juan Hernández, Encarnación Chávez, Ernesto Forgach y Juan Dávila.
El 4 de julio de ese año quedó constituido el Club de Bomberos Voluntarios de Ciudad Obregón.
Ese año un gran incendio consumió varios negocios comerciales establecidos en la acera oriente de la calle Sonora casi esquina con No Reelección.
El siniestro, supuestamente provocado por un fumador que se quedó dormido y olvidó apagar su cigarro, acabó con negocios como la sastrería “La Fama”, Botica Cajeme, zapatería “El Segundo Cielo”, varios consultorios y oficinas anexas.
Poco después de haberse de dicho incendio, un numeroso grupo de ciudadanos se reunió en el Club Mazatlán para concretar la idea de reorganizar el Club de Bomberos.
Con el producto de varios bailes verificados en el Club Mazatlán se compraron 6 baldes y 6 hachas, además se establecieron guardias diurnas y nocturnas en el Club, que fue el primer cuartel.
A bordo de Mamá María
A principios de los cincuenta el Cuerpo de Bomberos estuvo en un salón de la Cuadra Municipal. En ese tiempo se adquirió la primera unidad, una bomba centrífuga marca Barnes impulsada con un motor Wisconsin de 7 H.P.
Con ella se sofocaron los incendios del camión de Conrado Saspe, el templo protestante “Cristo Jesús”, la agencia de la “Cervecería Sonora”, gasolinera “Márquez”, el depósito de petróleo de Rosendo Morales, tintorería “Brasil”, el “Centro Aliancista” y algunas residencias.
En 1952 se realizó una colecta para comprar la segunda unidad, una bomba Seagrave con precio de 76 mil pesos que se trajo de Ohio, Columbus, y fue montada sobre un chasis GMC.
A esta unidad la bautizaron con el nombre de “Mamá María” porque llegó el 10 de Mayo y se estrenó en el incendio que dejó sin casa a María Miranda.
Otros fuegos que apagó “Mamá María” fueron el de la residencia del impresor Alfonso Cañizares, la Embotelladora del Yaqui, Maderera Arturo Morales y lonchería La Catalana.
En 1955 se inició la construcción del edificio que desde entonces alberga a los bomberos, en 6 de Abril y Chihuahua, un terreno donado por la familia Castelo Parada.
El presupuesto calculado para esta obra era por 350 mil pesos, pero el costo final superó los 400 mil.
El inmueble quedó concluido en su planta baja con oficinas y comandancia, sala de control, vestuario, equipo, enfermería, sala de máquinas. En la parte posterior, patio para ejercicios y taller de reparación, torre de secado.
En la planta alta: Salón de descanso, biblioteca, dormitorio, guardarropa, comedor, cocina, gimnasio y baños.
FOTO PORTADA
17 de junio de 1956. Los bomberos estrenan cuartel en 6 de Abril y Chihuahua.