Lo que debió haber sido una mañana feliz, con discursos de agradecimiento al Gobernador por su programa de becas a estuidantes de escuelas de paga, terminó convirtiéndose en una gresca donde los padres de familia protestaron, y fuerte, contra los funcionarios.
Estaba previsto que a las diez de la mañana llegaran los secretarios estatales de Desarrollo Social, Luis Alberto Plascencia Osuna, y el de Seguridad Social, Ernesto Munro Palacio, para dar un breve discurso e iniciar enseguida la entrega de las becas a los padres de familia, la mayoría de ellos de clase media hacia arrinba pues los beneficiarios, sus hijos, esutudian en escuelas de paga.
Los padres y madres llegaron a tiempo e incluso antes pues desde las ocho de la mañana había ya decenas de ellos esperando en el patio central del Itesca, sede del evenrto.
Muchos bajo el sol, otros bajo la carpa que se instaló para la ocasión, y unos más protegidos por la sombras de unos cuantos arbolitos, estuvieron allí esperando a los funcionariosmás de dos horas.
Pero nos dieron las 10:00 y las 11:00 y los funcionarios no llegaban. Dos horas de espera y en el caluroso ambiente de una explanada de concreto fue demasiado para los padres y las madres de familia de clase media y media altaq que allí estaban.
La desesperación los dominó y para cuando llegó Ernesrto Munro la paciencia se había agotado. Eran alrededor de las 11:00 y el secretario de Seguridad Pública llegó sólo. El de Desarrollo Social, Luis Alberto Plascencia, ni sus luces.
Con los funcionarios locales que ya estaban allí (Jesús Meza de la Jurisdicción Sanitaria, y Andrés Salas, de la SEC), Munro intentó el inicio de la ceremonia inaugural y allí empezó a manifestarse la desesperación, el cansancio de la gente que empezó a reclamar a los funcionarios por la tardanza.
"Y yo qué, yo sólo soy invitado", decían Jesús Meza y Andrés Salas cuando los reclamos iban para ellos.
Munro tuvo que apechugar y en medio de los reclamos y con breves palabras salió adelante del compromiso de inaugurar el evento.
A esta hora ya hasta una de las madres de familia se había desmayado debido al intenso calor, mientras que otras reclamaban, a solas y en grupo.
Afuera las cosas no iban mejor. Desde el punto de la carrretera situado frente a Walmar hasta el semáforo ubicado junto al Cereso, había una larga fila de automóviles prácticamente estacionados en la carretera pues eran tantos los que querían entrar al área del Itesca que aquello terminó por convertirse en un desquiciante emnbotellamento.
Entre reclamos y gritos, Munro dio la bienvienida y el inicio oficial del evento: Padres y madres de famila empezaron poco a poco a pasar a la mesa donde tramitaban las becas de sus hijos.
La mañana pronto se convirtió en mediodía, allí seguían, haciendo fila, y nadie se acordaba ya de agradecer al Gobierno por estas becas.
