A tres meses del asesinato de Luis Armando Espinoza González, maestro de la UTS, las autoridades de la PGJE no han ofrecido ninguna información que indique algún avance en las investigaciones del caso.
La impunidad rodea a éste como a muchos asesinatos y desapariciones que ocurren en nuestra región.
"Los funcionarios judiciales que cobran un sueldo porque ejercen una función pública deben, tienen, que investigar, interrogar, seguir pistas, informar, aprehender a quien asesinó a sangre fría a Luis", señala Enrique Gómez Ortega, también maestro de la UTS.
En una carta dirigida a la redacción de Infocajeme, Gómez Ortega expresa su indignación sobre la impunidad reinante en este caso, indignación, dice, que comparten familiares y amigos del maestro asesinado.
Este es el texto completo enviado por Gómez Ortega:
"Tres meses de impunidad
Este 28 de octubre se cumplen tres meses del asesinato del maestro Luis Armando Espinoza González. Licenciado en Administración, con maestría en Desarrollo Organizacional, era profesor en la Universidad Tecnológica del Sur de Sonora desde hace cinco años, y a últimas fechas se desempeñaba como Coordinador de la Ingeniería en Negocios y Gestión Empresarial.
Un profesional dedicado de manera concienzuda a la preparación de sus clases, asesoría a alumnos y alumnas, consejero, confidente, compañero de trabajo, responsable, estricto consigo mismo en el área laboral y con el alumnado que lo veía como un compañero, pero sin dejar de mostrarle, nunca, el respeto como docente. Un ser humano que estaba al pendiente de su padre, madre, hermanas, sobrinos; un amigo que celebraba la vida a diario con sus compañeros docentes; un hombre joven que sabía ser responsable, serio y dedicado, sin dejar el humor, la sonrisa y la cercanía con los demás.
El 28 de julio, esta vida de 33 años, fue literalmente cortada de tajo. Inmediatamente, incluso sin investigación de por medio, se diseminaron rumores que sonaban a justificar su muerte. Imaginar su vida privada les dio a algunos, incluidos medios de comunicación, el derecho argumental para aumentar las estadísticas de crímenes en Cajeme, y nada más.
Al margen de las justificaciones, explicaciones, imaginarios, condenas y demás, lo único cierto es que estamos ante un hecho deleznable: el asesinato de un ser humano que, hasta la fecha, sigue sin resolverse. Quien haya cometido el asesinato sigue libre, caminando seguramente por las calles. Sigue comiendo y durmiendo, haciendo como que vive aunque haya quitado vida.
Desde el punto de vista pragmático se acabó con una vida joven y productiva, profesional y responsable; se eliminó a un educador de generaciones que están insertas en el sector productivo y social, no solo de Cajeme sino de otras ciudades. Materialmente se asesinó a una persona que proveía a su familia. Que invertía su tiempo en ayudar a crecer a otros y a otras. Humanamente se acabó con un ser que, como todos y todas, merecía vivir. Alguien se creyó con el derecho de tomar una vida, eliminar toda una historia personal, acabar con un futuro promisorio. Alguien se convirtió, si es que no lo era ya, en un vil asesino.
Luis Armando era un hombre que ejercía una profesión pública. Su asesinato se hizo público. Su familia, sus amigos, sus estudiantes y los que laboramos con él merecemos una explicación pública. Las autoridades, el ministerio que tiene el adjetivo de “público”, los policías investigadores, los funcionarios judiciales que cobran un sueldo porque ejercen una función pública deben, tienen, que investigar, interrogar, seguir pistas, informar, aprehender a quien asesinó a sangre fría a Luis. Por eso extraña el silencio de amigos y compañeros de otras instituciones educativas a las que también entregó parte de su vida. Este caso, y ningún otro, no debe caer en el olvido.
Señores investigadores policiacos: un criminal, o criminales, anda suelto, libre, impune. Es responsabilidad de ustedes que siga así. Solo de ustedes.
Que el profesor Luis Armando, a tres meses de su asesinato, descanse en paz.
Que su memoria no nos deje descansar en paz.
Luis Enrique Gómez Ortega
Profesor de tiempo completo
Universidad Tecnológica del Sur de Sonora".