Llegó a bordo de una camioneta blindada, escoltada por patrullas de policías estatales y federales, como corresponde a la representante del país más poderoso del mundo cuando visita un territorio considerado peligroso.
Pero en su visita al Palacio Municipal de Cajeme, Karen Ogle, la cónsul de Estados Unidos en Sonora, no encontró situaciones de riesgo sino sonrisas y la curiosidad de la gente al ver el despliegue de seguridad para esa mujer madura que no fue recibida por nadie y tuvo que preguntar dónde era la oficina del Alcalde. Hasta que la llevaron a la planta alta, en la antesala de la Presidencia Municipal, donde como cualquier ciudadano tuvo que esperar un rato antes de ser atendido, ahora sí, con toda la amabilidad por parte de las autoridades.
Allí estuvo, en el despacho del Alcalde, hasta que salió a los pasillos de Palacio donde un grupo de reporteros al esperaban con sus grabadoras y cámaras listas.
"Esta es sólo una visita de cortesía al alcalde Rogelio Díaz Brown", dijo la cónsul antes de declarar, muy diplomáticamente, que por el momento no hay alertas para los norteamericanos interesados en viajar a Sonora, aunque se les sugiere aún tomar precauciones.
Expresó su optimismo en el repunte de la economía norteamericana y se disculpó por no hablar buen español y por tener poco tiempo para la entrevista. Y como los reporteros tampoco "mastican la tatacha" (no hablan el idioma de Shakespeare), el encuentro con la cónsul fue breve y sólo a nivel de un saludo, dos o tres palabras, y bye bye, hasta la vista.
