De las 220 mil hectáreas de uso agrícola en el Valle del Yaqui, entre 12 mil y 15 mil se siembran de forma orgánica, según la asociación Agricultura Experimental Alternativa (Agrexa).
Se trata de hectáreas en las que se siembran distintos cultivos y donde los agroquímicos como pesticidas e insecticidas, son sustituidos por biofertilizantes o abonos orgánicos, comentó Ramón Morales Valenzuela.
El director de Agrexa expuso que promueven la elaboración de biofertilizantes con los desperdicios que se generan en los campos agrícolas, como paja y estiércol.
“La ventaja es que vas a ver suelos menos contaminados, incrementas la utilidad por hectárea, y produces alimentos menos contaminados", declaró.
Para que un suelo tratado con abonos orgánicos refleje beneficios en el cultivo, deben transcurrir al menos tres años y en el Valle del Yaqui, hay productores que tienen más de cinco años con esta práctica.
"Ahorita la gente sigue utilizando veneno, pero con el producto orgánico no vas a usar herbicidas, insecticidas, ni amoniaco ni nada de eso, tiene que ser todo orgánico y la gente ahorita sólo le está bajando un poco al amoniaco y a veces ni le bajan”, expresó.
A pesar de que la agricultura orgánica que se practica en el valle del Yaqui y puede empelarse para cualquier cultivo, el grueso de los productores optan por seguir con el empleo de agroquímicos que poco a poco deterioran el suelo y a los cuales, dijo, se les atribuye incidencia en muchos casos de cáncer infantil.