Opacada por su padrino Manlio Fabio Beltrones, que por momentos “jaló” los reflectores y con un discurso antipadrecista que no logró “prender” a los miles de asistentes, así arrancó su campaña en el Sur del estado Claudia Pavlovich Arellano, quien demandó Otro Sonora ¡YA!
Ni cuando retomó el discurso “del hambre y sed de justicia” que Luis Donaldo Colosio leyera hace más de 20 años, la candidata logró conectar con la ola humana que fue llevada exterior del edificio del PRI Cajeme y en cuyo tramo, curiosamente, funcionan al 100% las lámparas LED.
Y al momento de asegurar que, cuando sea gobernadora bastará con aplicar de manera eficiente y honesta los 45 mil millones de pesos que asciende el presupuesto estatal para recuperar la grandeza de Sonora, apenas recibió un lánguido aplauso, superado por el que provocó el grupo La Brisa.
Acuerpada por los sectores del PRI, legisladores, dirigentes partidistas y la plana mayor del Yaqui Power, la candidata presumió que el Gobierno del Estado no logró dividir a los priistas, de ahí que “vamos unidos rumbo a la victoria el próximo 7 de junio”, sostuvo.
Sin embargo, no fue acompañada por el senador Ernesto Gándara Camou y el empresario Rodrigo Bours Castelo, víctimas ambos de la “cargada” revivida en los procesos internos del tricolor, que evidenciaron que el PRI es como Jesucristo: es el mismo ayer, hoy y siempre.
En cambio, tanto el diputado Antonio Astiazarán Gutiérrez y Alberto Cano Vélez, así como Faustino Félix Chávez, hicieron el peregrinar junto a la hermosillense, que fue recibida con decenas de banderas blancas con la leyenda “Soy honestidad total. #Claudilleras”.
Mientras tanto, por los parlantes se anunció la llegada del diputado Beltrones y los priistas del área VIP se aprestaron presurosos a rendirle culto al hijo pródigo de Villa Juárez, acompañado de Silvana Beltrones, orgullo de su nepotismo y próxima diputada plurinominal.
Quien “acalambró” a varios de los presentes, entre ellos al todavía diputado Abel Murrieta, fue la regidora Dennise Navarro Leyva, que durante toda la pasarela acompañó al poderoso legislador y todo parece indicar que en su carrera política, “siempre vendrán tiempos mejores”.
En la gran pantalla instalada para la ocasión se podía ver al ex gobernador de Sonora repartiendo sonrisas, besos, abrazos y apretones de mano, seguido de su compadre, el senador Emilio Gamboa Patrón, entre otros destacados miembros de la casta priista.
El que revivió sus tiempos gloriosos de orador priista (en 1994 recibió con elogios al entonces candidato Zedillo en Navojoa) fue el dirigente campesino Juan Leyva Mendívil, quien quizá traicionado por la emoción, erró en las fechas del calendario electoral.
Primero expresó que “este 6 de febrero iniciamos el camino a la victoria” y después agregar que “los priistas vamos a ganar este 7 de julio”. Pero la más significativa fue cuando delató el modus operandi del PRI, al afirmar que con la candidata Pavlovich, “los priistas vamos a ganar para ganar”.
Y aquí en Cajeme, donde el priismo han cifrado sus esperanzas porque “la victoria empieza”, la ex senadora fue tratada con indiferencia por la tropa reporteril, que en su mayoría no cooperó para que se tomara la foto grupal de rigor con los candidatos a la gubernatura.
Un comunicador nogalense solicitó a la candidata que les permitiera tomarse con ella la foto del encuentro, pero como reacción, la mayoría de los presentes abandonaron el salón de la conferencia y solo unos cuantos accedieron a la “selfie” con la abanderada priista.
