Cajeme no está libre de trabajo infantil y aunque los niños trabajan por necesidad, no lo hacen obligados por sus padres, informó la Subprocuradora de la Defensa del Menor y la Familia.
Denahín Corral Silva expuso que por trimestre reciben al menos un reporte en la dependencia de personas que solicitan envíen a trabajadores sociales a domicilios en los que viven niños que trabajan.
Sin embargo, al atender el llamado, tanto los niños como sus padres o tutores, manifiestan que los menores no son obligados a trabajar, lo hacen por apoyar en la economía familiar o por satisfacer gustos o necesidades como el de comprarse dulces, alimento o ropa.
La funcionaria explicó que trabajo infantil se considera cuando el niño se ocupa en actividades en las que está en riesgo su integridad física, como es el caso de los que limpian parabrisas o hacen malabares en los principales cruceros de la ciudad, piden dinero o venden algún producto en la vía pública.
“Los niños que andan en la calle trabajando, pidiendo dinero, nomás ven una unidad de la policía y salen corriendo, porque saben que se los llevan, los mueven de ahí, los llevan a sus casas, no a la comandancia, se habla con los papás o se les deja un citatorio para que vayan a trabajo social”, comentó.
Además se trata de niños que por las mañanas van a la escuela y por las tardes trabajan o viceversa, según los casos registrados en la dependencia.
La funcionaria añadió que los ciudadanos pueden reportar casos de trabajo infantil o trata de personas al 060 o directamente a las oficinas de la Subprocuraduría de la Defensa del Menor y la Familia, ubicadas por la calle Hidalgo entre Sinaloa y 5 de Febrero.
