Con apenas el 1.42% de los votos en la lucha por la presidencia municipal, el Partido de la Revolución Democrática en Cajeme vive una crisis profunda que podría ser terminal.
En esta administración el PRD no alcanzará siquiera una regiduría; la designación de Irene Manzo como candidata, sin tener un pasado perredista, fue un acto de oportunismo y traición en el que participaron ella y el candidato a gobernador Carlos Navarro, ambos vendidos durante la reciente campaña a los intereses priistas.
La otra fraccción del perredismo estatal, la encabezada por Guadalupe Curiel, hizo lo mismo, sólo que su oportunismo iba en busca de las migajas que pudieran darle el gobierno y la dirigencia panistas.
Hoy, el partido que representó a la izquierda en Cajeme, y que tuvo su máximo esplendor en el periodo 1997 - 2000, está en peligro de extinción.
Su lugar lo ocupará Morena, la organización lópezobradorista que alcanzó, pese a su débil nacimiento, el 2.26% de los votos, gracias en parte a un buen candidato a la presidencia municipal como lo fue Plutarco Pérez Aguirre Elías Calles y en general la fórmula electoral compuesta por gente joven, tal vez desconocida, pero sin el lastre de oportunismos, corrupción y traiciones que ahora hunden al PRD.
La izquierda en Cajeme y en el sur de Sonora ha tenido a través de la historia importantes líderes y brillantes episodios de lucha que rindieron frutos para la población más humilde de la región, esa población que hoy deberá rescatar y representar Morena o quedará a merced de la derecha conservadora que representan el PRI y el PAN.
