Una nueva amenaza se cierne sobre la economía cajemense: El ansiado gasoducto podría no llegar a este municipio.
Las autoridades tradicionales de la Loma de Bácum persisten en su rechazo al paso del gasoducto por su territorio, y si uno solo de los pueblos de la etnia no está de acuerdo, los otros siete deberán respaldar esa negativa.
La posición de las autoridades de la Loma sorprendió a algunos y hubo incluso quienes se preocuparon ante la amenaza de dejar a Cajeme sin una obra -un activo- indispensable para el desarrollo económico del Municipio, que sin gasoducto terminaría de rezagarse ante los municipios vecinos, como ha sucedido en los años recientes.
Otros sin embargo han tomado la negativa yaqui como una jugada de presión para obtener más beneficios.
"El acueducto les enseñó a los yaquis que pueden sacar ventajas de este tipo de obras controvertidas y no van a ceder los de la Loma hasta que les lleguen al precio", dice un observador que pide no ser identificado.
"Pero más temprano que tarde van a ceder", agrega.
La negativa de las autoridades de la Loma de Bácum se apoya en el riesgo que, dicen, traería el acueducto para el medio ambiente y la población indígena de esta zona.
Dicha postura parece haberse enducrecido a partir de la explosión del poliducto de Pemex ocurrido este martes por la mañana en un punto cercano a Vícam y al Municipio de Bácum.
Reporteros que platicaron con yaquis aseguran haber recibido comentarios negativos, de desconfianza hacia el gasoducto.
Sin embargo los dirigentes empresariales y autoridades de Cajeme mantienen su confianza en una negociación inminente de la empresa constructora del gasoducto con autoridades de la Loma.
Antes las autoridades de los ocho pueblos tradicionales habían amenazado con no permitir el paso del gasoducto por su territorio si no se liberaba a sus voceros Mario Luna y Fernando Jiménez, hoy presos en el Cereso de Hermosillo.
Pero esta amenaza, como el bloqueo a la carretera y otras presiones contra el Gobierno del Estado, se desvaneció desde el triunfo priista en las elecciones del 5 de junio.
De la misma manera, se espera que la negativa al gasoducto se desvanezca rápido, de lo contrario se avecinaría una catástrofe económica para Cajeme.
