A Sonora le esperan meses muy difíciles por el nivel de corrupción, "algo nunca visto", que se vivió durante la administración estatal saliente, afirmó Claudia Pavlovich Arellano en su primer mensaje como Gobenradora del Estado.
"La realidad del gobierno que estamos recibiendo es lamentablemente desasatrosa, es impresionante la ruina económica pero más lo es la ruina moral", dijo.
Lo más grave de todo es la deformación de cierto sector de la sociedad que sabía lo que estaban pasando, convivía con la corrupción y no hizo nada contra ella, señaló.
"Aún no sabemos a ciencia cierta lo que vamos a recibir, atrás quedaron los casos de corrupción, de enriquecimiento ilícito, atrás quedó el gobierno que tenía los hospitales en las peores condiciones inimaginables, que se quedó con el dinero de las escuelas de nuestros hijos, con el dinero de las medicinas, del transporte y desapareció el fondo de pensiones de nuestros padres y nuestros abuelos", expresó.
Advirtió:
Si alguien piensa que podrá disfrutar lo que indebidamente se llevó, que lo piense dos veces.
"Sonora no será tierra fértil para quienes usaron el dinero público para amasar enormes fortunas y se sirvieron con la cuchara grande".
Reiteró: "No vamos a olvidar lo que le hicieron a Sonora, porque el olvido es caldo de cultivo para la corrupción, la impunidad y la injusticia".
Adelantó que pronto se informará a plenitud sobre la situación en la que se recibe la administración estatal y adelantó la creación de una fiscalía anticorrupción no solo para investigar el pasado reciente sino también para frenar cualquier intento de corrupción en su gobierno.
Pavlovich Arellano llamó a la unidad de los sonroenses:
"No más sonorenses del norte y sonorenses del sur, a partir de ahora todos unidos".
En esta unidad, precisó, se usará el agua para unir y crecer, no para dividir, y enseguida expresó una bienvenida afectuosa a los panistas Diego Fernández de Ceballos -"Jefe Diego" le dijo- y al excandidato Javier Gándara Magaña.
Adelantó que pedirá a sus funcionarios que presenten la triple declaración: patromonial, conflicto de intereses y fiscal. Si no, seré la primera en llamarlos a cuenta.
Se refirió a las injusticias de las que son víctimas los niños sonorenses y dijo que se hará justicia para ellos, pero no precisó si se refería a las víctimas de la Guardería ABC o a los que fueron vendidos para adopción.
En la parte final del discurso, adoptó el tono del célebre discurso de Luis Donaldo Colosió con frases como "yo veo un Sonora... imagino un Sonora".
Y concluyó su intervención pronunciando en primera persona el juramento yaqui: "Para mí ya no habrá sed... En el puesto que se me ha asignado me mantendré para defender a Sonora".