Este mes de mayo será clave para conocer cuál será el destino del exgobernador Guillermo Padrés Elías ante las denuncias de corrupción en su contra.
Antes del 5 de junio sabremos si sale bien librado después de varios meses, desde el pasado septiembre, en los que se ha sido acusado de varios actos de corrupción y abuso del poder, culpas que le atribuyen el nuevo gobierno priista de Sonora y sus aliados y que alcanzarían para llevarlo a prisión en caso de que lo juzgaran formalmente y él resultara culpable no de todas, pero sí de unas cuantas.
El 5 de junio es la jornada electoral en 12 estados de México y en la mayoría de ellos la competencia frontal es entre el PAN y el PRI, sin menospreciar por supuesto la aparición de un nuevo contendiente de peso, el partido Morena.
Pero en el enfrentamiento PAN - PRI hay estados en los que ambos se ven muy parejos, con una correlación de fuerzas que hasta el momento hacen difícil un pronóstico contundente sobre quién será el vencedor.
En este escenario preelectoral, el PRI requiere dar un golpe fuerte que baje las expectativas generadas por los candidatos panistas y un buen golpe podría ser la presentación de Padrés como un gobernador corrupto emandado del PAN.
Las recientes noticias sobre la actuación de Padrés como operador político del PAN en estados donde habrá elecciones puede ser un indicio de lo que viene para el exgobernador sonorense.
No será extraño entonces que en los próximos días los nuevos fiscales de Sonora le muevan el piso al de Cananea. No necesariamente para llevarlo a prisión, como algunos quieren; bastaría con una buena "quemada" en la hoguera de la opinión pública nacional.
Si alguien piensa aún que ya cesó la persecusión del gobierno de Pavolvich contra Padrés, quedan 30 días para confirmar esta versión o desecharla.
Pero si de aquí al 5 de junio Padrés sigue intocable, podrá decirse entonces que "ya la libró".