Como los mariachis de José Alfredo Jiménez, los diputados locales de Cajeme callaron.
En los recientes días mientras la opinión pública local debatía el tema de la concertación o privatización de la basura, los diputados locales de Cajeme se mantuvieron en una distancia estratégica para no opinar ni ser cuestionados sobre sus respectivas posiciones respecto al polémico tema.
Omar Guillén, Rafael Buelna, Emeterio Ochoa, Kiki Díaz Brown y Brenda Jaime, los cuatro diputados locales que "están en todas" cuando se trata de eventos o temas favorables para el lucimiento personal, ahora evitaron comprometerse con una declaración que los pusiera en contra de los grupos sociales que criticaron la decisión de favorecer a la empresa Tecnologías Medioambientales (Tec Med).
Tres de ellos -Guillén, Ochoa y Brenda- fueron regidores en el 2006 cuando el Ayuntamiento tuvo que cumplir por orden judicial una demanda de Tec Med, que entonces reclamaba validar el contrato para la construcción del relleno sanitario.
Desde otra perspectiva también puede decirse que dejaron solo al alcalde Fasutino Félix Chávez para que él asuma los costos políticos que pueda tener este tema en el futuro inmediato, evitando ellos cualquier riesgo que comprometa sus aspiraciones políticas.
Mientras el diputado federal Abel Murrieta asumió una postura abiertamente crítica y la senadora Anabel Acosta se declaró a favor de la medida, los diputados locales permanecieron al margen, no tuvieron opinión al respecto, ellos que de todo opinan.
Aunque alguien pretexte el período vacacional, eso no justifica el silencio de los legisladores pues en estos días ya han retomado sus actividades ordinarias.
Además ellos son integrantes del Congreso del Estado, un poder facultado para intervenir en controversias municipales.
Y si no fuera por ordenamiento legal, sí tienen la obligación política y moral de exponer su postura sobre una controversia.
Pero en este caso, como en otros controvertidos, prefirieron actuar como los mariachis de José Alfredo.