Una hielera abandonada en un camellón de la calle Náinari provocó una fuerte movilización de fuerzas de seguridad municipales, estatales y de la Marina.
Al parecer la hielera contenía vísceras y sangre, por lo que se pensó que podrían tratarse de partes de un cuerpo humano pero se dijo que en realidad se trataba de restos de un animal.
El hecho despertó cuirosidad e inquietud entre los vecinos de este sector y automoivllistas que pasaban por el lugar, quienes se detenían a preguntar qué estaba pasando, pero eso ni los reporteros lo sabian, hasta que surgió la versión semioficial por parte de uno de los uniformados.