En la esquina de las calles Miguel Alemán e Hidalgo, donde estuvo un edificio del IMSS asignado a programas sociales, se instala ahora la sucursal de una casa de empeño, la First Cash.
El hecho puede parecer un síntoma de nuestro tiempo: Se cierra un espacio de bienestar social y se abre uno más para la usura.
Será otra de las más de 200 casas de empeño que trabajan en Cd. Obregón, según Rolando Gutiérrez Coronado, delegado de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), la dependencia encargada de regular estos negocios.
Son empresas propiciadas por un modelo económico donde la clase media ya no alcanza a cubrir sus necesidades y pequeños lujos, mientras los pobres cada vez son más pobres y no pueden satisfacer necesidades primarias y deben recurrir al empeño de sus objetos más valiosos, con la esperanza de poder recuperarlos alguna vez, esperanza fallida.
La proliferación de casas de empeño en nuestra ciudad no sólo va aparejado con la pobreza sino también con un problema ya fuera de control: los robos de todo tipo y la venta de objetos robados en algunas (no todas) empresas de este giro..
El delegado de Profeco afirma que aquí en Cd. Obregón se han detectado automóviles y motores de auto robados en lotes de empeño. Otros informes revelan el hallazgo de miles de objetos robados que se vendían en casas de empeño.
Por supuesto que la mayoría de los negocios son legítimos y no propician actividades ilícitas. Pero también hay un buen porcentaje de ellos cuya labor genera dudas.
Estos negocios pueden traficar impunemente con objetos robados porque nada los obliga realmente a rechazar dichos objetos.
Según Gutiérrez Coronado, sólo están obligados a reportar a las autoridades si algunos de sus clientes es sospechoso por empeñar con frecuencia objetos diversos.
Una medida más eficiente sería exigir por ley que las casas de empeño no acepten objetos sin la correspondiente factura de compra original. Eso disminuiría de manera sensible el tráfico de objetos robados, pero una ley así necesita diputados que hablen menos y hagan más.
Otra dificultad es el poco personal con el que cuenta la Profeco para asignarlo a labores de inspección de los negocios.
La subdelegación regional de Profeco, con oficinas en Cd. Obregón, sólo tiene tres inspectoras para visitar las poco más de 300 casas de empeño que funcionan en el sur de Sonora.