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HOLLYWOOD.- Una broma de Jimmy Kimmel, una estrategia para causar revuelo o simplemente un error de Warren Beatty, pero la gala entera de los Oscares de este año será recordada no por su diversidad en la terna, ni por la ausencia de #OscarsSoWhite o por los discursos de índole político, sino porque se aplicó una “Steve Harvey” y se nombró a una cinta equivocada durante la entrega del Oscar a la Mejor Película.
En un momento vergonzoso que solo puede ocurrir en un programa de televisión en vivo, los actores pronunciaron “La La Land” como la cinta ganadora. Y en pleno discurso se dieron cuenta del error: “Moonlight” era la verdadera triunfadora.
La película dirigida por Barry Jenkins toca temas como racismo, homosexualidad y bullying, y su triunfo no es sorpresa, pues en la “era de Donald Trump”, son temáticas que trascienden y encienden a las grandes masas.
Joven director
Después de tres años consecutivos de que un mexicano se llevara el galardón a Mejor Dirección, Damien Chazelle obtuvo este reconocimiento, a sus 32 años. Esto convierte al realizador de “La La Land” en la persona más joven en ganar el Oscar en dicha categoría.
En su discurso, el cineasta agradeció a los demás nominados, llamándolos una inspiración; “Me sentí muy honrado y atento por estar en su compañía este año”, dijo. “Gracias por los increíbles realizadores que son y por inspirarme con su trabajo todos los días”.
Chazelle competía con Barry Jenkins por “Moonlight”, el canadiense Denis Villeneuve por “Arrival”, Kenneth Lonergan por “Manchester by the Sea” y el australiano Mel Gibson por “Hacksaw Ridge”.
Esta fue la segunda nominación del joven director, quien en 2014 compitió por Mejor Guión Adaptado por su primer largometraje, “Whiplash”.
¿Y los latinos?
A diferencia de los años anteriores con los triunfos de los mexicanos Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Emmanuel “El Chivo” Lubezki, este año los latinos solamente figuraron para entregar galardones, como es el caso de Salma Hayek y Gael García Bernal.
Eso, tomando en cuenta que el mexicano Rodrigo Prieto no obtuvo la estatuilla a la Mejor Fotografía por “Silence”. De haber ganado, habría sido el cuarto año consecutivo que un mexicano se llevaba el Oscar en esa categoría, luego del hat-trick del Chivo Lubezki.
Sin embargo, el discurso de García Bernal fue suficiente para que algunos asistentes se pusieran de pie y para que le aplaudieran cuando señaló su ahora icónica frase: “como mexicano, como inmigrante, como trabajador, estoy en contra de cualquier muro”.
Sorpresas de la noche
Sin duda, una de las grandes sorpresas de la noche fue ver a Michael J. Fox, quien llegó “desde el futuro” junto a Seth Rogen, en el clásico auto de la saga de “Volver al futuro”, un DeLorean.
Michael, quien padece Parkinson, fue aplaudido por el Teatro Dolby entero.
Otra sorpresa no fue la ausencia de Natalie Portman debido a su avanzado embarazo, sino los dulces que cayeron en diversas ocasiones desde el techo del recinto, en pequeños paracaídas de color blanco.
Jimmy Kimmel se encargó de que los asistentes recibieran golosinas y se divirtieran con otra gran sorpresa: invitados que llegaron a la ceremonia de la entrega del Oscar. Aunque no causó furor como la pizza de Ellen DeGeneres –y el repartidor que llegó en tiempo real al Teatro Dolby–, sí fue una idea original y divertida.
Otro suceso sorpresivo y original fue que entró un grupo de turistas que no tenía idea alguna de que se encontraba en la gala del Oscar, pues se les dijo que entrarían a ver una galería de vestidos que las celebridades han utilizado en los Premios de la Academia. Los invitados saludaron a las estrellas, se tomaron fotografías con sus selfie sticks, siendo Gary de Chicago uno de los fanáticos favoritos de la noche.
De manera sutil, también hubo activismo, ya que algunas celebridades portaron el listón azul de la American Civil Liberties Union. En las últimas semanas, figuras públicas se han pronunciado en contra de Trump en rubros relacionados con los inmigrantes, la comunidad LGTB y la discriminación de todo tipo.
Lady Streep y Madame Huppert
Dos grandes actrices se enfrentaron en la categoría de Mejor Actriz: Meryl Streep e Isabelle Huppert.
El papel de Streep como la heredera neoyorquina convertida en cantante de ópera en “Florence Foster Jenkins”, le dio su nominación número 20 al Premio de la Academia. Gracias a ello, Meryl rompió su propio récord de más nominaciones por un actor o actriz.
Además, Meryl Streep recibió una ovación de pie por parte del público y no solo por su trabajo, sino porque Hollywood –y el público– están de su lado en su “guerra fría” con Trump.
Por otro lado, aunque para Huppert es la primera nominación al Oscar por su papel de Michèle Leblanc en “Elle”, no tiene nada que envidiarle a Streep, pues en su natal Francia es una de las mejores actrices con 16 nominaciones al Premio César (considerado el Oscar francés).
Ambas intérpretes debutaron en el teatro en 1971, Streep en la obra “The Playboy of Seville”, mientras que Huppert lo hizo con “Le Prussien”, además del filme para televisión “Les Précieuses ridicules”.
El talento de Huppert es respaldado por más de 100 producciones cinematográficas, 12 filmes para televisión y numerosas producciones de teatro. Streep por su parte es reconocida por su versatilidad, transformación para un rol y adaptación de su acento.
