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Poco duró la anunciada y elogiada medida de obligaar a los concesionarios del servicio de transporte urbano a que encendieran el aire acondicionado de los camiones.
Ni siquiera en las horas del mediodía, cuando el calor arrecia y los camiones ruedan atestados de gente, se enciende el enfriador.
La adquisición de nuevos camiones y la anunciada promesa de sanciones para quienes no prendieran el aire acondicionado fue una más de las estrategias gubernamentales para justificar el aumento de la tarifa.
Hoy en Cd. Obregón son cada vez menos los camiones que llevan prendido el aire acondicionado. No siquiera en las nuevas unidades o aquellas que se adquirieron no hace más de un año.
Eso sí: La única medida que se ha sostenido es el cobro de la nueva tarifa, 9 pesos el boleto.
