Una madre de familia de la colonia Miravalle fue desalojada de su casa por no pagar un préstamo de 25 mil pesos que se transformó en 280 mil al paso de los meses.
La casa tiene un valor aproximado a los 300 mil pesos y el desalojo fue realizado por el abogado representante de la casa de préstamos que ahora suma esta propiedad a las muchas que obtienen estos negocios a costa de sus clientes empobrecidos.
En este caso la escena del desalojo fue parecida a las que ocurren en las películas, con la mujer rogando al abogado para que la esperaran unos días más en los que esperaba tener al de dinero, mientras el hombre no sólo se mostraba indiferente ante las súplicas sino que por momentos parecía disfrutar de su papel de verdugo financiero.
Cerca de ellos un policía observaba la escena como testigo de la autoridad allí presente.
Al final la mujer y sus hijos se quedaron en la calle expuestos ante la mirada compasiva de los vecinos.