Quizá porque la palabra esperanza le trae buenos recuerdos, gobernó la llamada ciudad de la esperanza y se le bautizó como el rayito de esperanza en la campaña del 2006, es que Andrés Manuel López Obrador regresó a la comisaría con citado nombre.
En 2016, el tabasqueño estuvo en la misma plaza una tarde de agosto, donde fue recibido por una audiencia mucho menor y sin presencias simbólicas, como la del empresario Rodrigo Bours Castelo aunque éste ya aseguró que por Morena no va.
Entre los asistentes se vio también a Reynaldo Millán Cota, fundador, ex dirigente municipal y estatal del PRD, entre otras cachuchas, quien portaba orgulloso una bandera del sol azteca que ondeaba al compás de las arengas de López Obrador.
“Mientras el PRD no tenga una definición, estamos es nuestro derecho de apoyar a cualquier persona. Estatutariamente no te pueden sancionar porque todavía no hay candidato, cuando empiecen las campañas será otra cuestión”, ataja al reportero.
Y agrega que “Nunca voy apoyar a un panista aunque salga del Frente, no me voy salir del PRD, que en su último congreso estableció como línea política que no íbamos hacer acuerdo con la derecha ni con el PRI en torno a la presidencia y lo están traicionando”.
Entonces estás con Dios o con el Frente, se le pregunta a Millán Cota. “Con el diablo”, revira sin titubeos y suelta la carcajada.
A unos pasos el profesor y ex alcalde de Bácum, Isaías Rivera Guillot, quien con su peculiar lenguaje florido daba su postura sobre la apertura política del exjefe de Gobierno capitalino, que suma a los arrepentidos de pertenecer a la mafia del poder.
“Con López Obrador anda gente muy bien intencionada, pero también mucho jijo de la chingada”, expone mientras celebra su ocurrencia.
Además de clásicas frases de “la tercera es la vencida”, “Becarios si, Sicarios No”, “Me pueden llamar Peje, pero no lagarto”, sorprendió el “jalón de orejas” que dio a los dirigentes de Morena por el agarre grupero que se traen, pues afirman que “hay tiro, hay tiro” entre Javier Lamarque Cano y Alfonso Durazo.
“Hay que hacer a un lado la confrontación partidista en Morena aquí en Cajeme, aquí no está el problema, sean del partido que sean hay gente buena” y agregar “que Morena no tiene dueño, no se vale decir aquí llegue primero, si no luchamos por un hueso”.
Sin duda, el momento más aplaudido del evento, fue cuando el tabasqueño retomó el tema de la descentralización del gobierno federal, ya que Ciudad Obregón se beneficiaría con el traslado de las oficinas de la Secretaría de Agricultura.
“Lo primero que le voy a preguntar al próximo Secretario de Agricultura es si acepta a vivir en Ciudad Obregón”, comenta y recibe una aclamación.
Aunque algunos, motivados por fenómeno de la violencia que ha ocurrido en la última década en tierras yaquis sugieren una contrapropuesta a la hecha por Amlo: sería más pertinente establecer aquí otra secretaría y si es la de Seguridad Pública, mucho mejor.