Todos los caminos que llevan al panteón Del Carmen estuvieron atestados de automóviles en las primeras horas de este miércoles 2 de Noviembre.
Atestados también de puestos de flores, donde las ofrendas iban desde ramilletes sencillos hasta los arreglos más caros.
Y la gente no escatimaba en gastos, el que fuera necesario para que en la tumba de los seres queridos se notara la presencia y respeto de los familiares y amigos.
Desde la entrada a la calzada Villanueva, justo donde se encuentra la Galletera, una fila de puestos provisionales ofrecían sus arreglos florales y la gente detenía sus automóviles, bajaban para ver la mercancía y regatear el precio.
En el panteón la tristeza es superada por la satisfacción de llevar un presente para el ser querido que se nos adelantó en el camino. Muchas horas bajo el sol obligan a buscar una sombrita, la que sea, a tomar agua y refrescos, probar frituras y todo lo que allí venden.
Pasar el Día de Muertos a un lado de la tumba y cuando el sol empieza a caer, regreso a casa con la certeza de que algún día volveremos al panteón, ya sea en calidad de visitantes o de anfitriones.