Aunque lo suyo es el arte y el refinamiento, el tenor Plácido Domingo ahora está envuelto en un episodio grotesco derivado del concierto que ofreció en el Estadio Sonora de Hermosillo el 11 de octubre de 2016.
El pago que pidió por cantarle a Sonora, como pregonaba la publicidad previa al evento, los costos de la logística del concierto y la recaudación supuestamente obtenida con la venta de boletos han sido temas cuestionados por la opinión pública y pésimamente explicados por el promotor del evento, el Gobierno del Estado.
El escándalo que ha puesto en crisis la presumida transparencia y política anticorrupción del gobierno de Claudia Pavlovich inició con el reportaje difundido por el noticiero Proyecto Puente y retomado por otros medios a nivel nacional, entre ellos el noticiero estelar de Televisa, "10 en Punto", donde se cuestiona el destino que se le dio al dinero recaudado por la venta de boletos para el concierto de Plácido Domingo y el incumplimiento del proyecto con el que se justificó el evento, la construcción de un albergue infantil.
Y de paso, el tenor salió "raspado" al exhibirse públicamente la cantidad que cobró por su presentación, 1 millón 200 mil dólares, lo cual no es una cantidad exagerada si se ubica en el contexto de los espectáculos a nivel mundial donde se mueve Domingo, pero sí pone en duda el carácter filantrópico que gustan difundir los responsables de la imagen del tenor.
En la promoción antes, durante y después del concierto se sugería que era una presentación altruista. Plácido le canta a Sonora por amor, para contribuir con una noble causa impulsada por la Gobernadora...
Esa fue la versión sostenida hasta esta semana, cuando la investigación de Proyecto Puente develó el costo y el destino incierto de la recaudación.
Las reacciones provocadas por este caso han sido diversas, la mayoría críticas, e incluso el dirigente estatal del PRI, Gilberto Gutiérrez, ha exigido "una investigación muy robusta", pensando tal vez en las gordas que cantan al final de las óperas.
En estos días sin duda los contadores del Gobierno del Estado trabajan a marcha forzada para explicar y legitimar la administración económica del concierto.
¿Dónde quedó el dinero recaudado por el concierto? Primero, cuando la euforia por el éxito mediático estaba fresca, se dijo que se habían recaudado 36 millones de pesos. Después se reconoció que fueron 24 millones de pesos.
Lo que no se ha dicho es que tal vez la mayoría de los boletos fueron obsequiados por el Gobierno del Estado y ayuntamientos que colaboraron para llenar el Estadio Sonora y así difundir una imagen triunfalista de la política cultural del sexenio.
En resumen, un evento glamouroso, con un gran tenor casi obligado a interpretar "Sonora Querida" para darle gusto al público y a la clase política anfitriona, abre una grieta en la imagen de austeridad, transparencia y anticorrupción que gusta difundir de sí mismo el Gobierno del Estado.
Y de paso mete al chismorreo mediático y cuestiona la afamada filantropía de un gran artista que le cantó a Sonora, y hoy Sonora le canta a él.