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Como uno más de los inmuebles vacíos a causa de la crisis económica, así se ve la sede del Partido de la Revolución Democrática en la calle Michoacán.
Cerrada la mayor parte del tiempo, salvo los momentos cuando aparecen por allí algunas personas de la directiva municipal y un raro visitante, la sede del PRD refleja la difícil situación que agobia a este partido cada vez con menos militantes y menor peso en la política regional.
El partido que hace veinte años parecía tener un futuro promisorio en el sur de Sonora ahora languidece en el abandono y con una sentencia letal: el rechazo del Instituto Estatal Electoral (IEE) a la alianza PAN - PRD.
Una alianza que le urge al partido del sol azteca si quiere sobrevivir en esta región.
Sin embargo, los perredistas sonorenses se han quedado como los maderos de San Juan: Piden PAN y no les dan.
Del odio nace el amor
Hace apenas tres años, los perredistas rechazaron aliarse con Acción Nacional en la búsqueda por la gubernatura de Sonora.
Carlos Navarro López fue en el 2015 uno de los que se mostró más satisfecho por la negativa de la dirigencia nacional a esa alianza que consideraba "contra natura". La presunta pureza del izquierdismo perredista era el pretexto para rechazar un acuerdo electoral con los panistas.
Aunque podían ofrecer un 2 ó 3% de la votación en todo el estado, eso podría haber sido la diferencia entre el triunfo y la derrota para el candidato panista a la gubernatura, Javier Gándara.
Hoy tres años después la disminución del perredismo en Sonora ha sido tal que quizás no pueda ofrecer ni siquiera el 2% de la votación general. Lo ocurrido en Cajeme en el 2015, cuando no alcanzó ni siquiera una regiduría plurinominal, es un reflejo de la nula influencia que tiene hoy este partido en la región.
De ahí la urgencia de una coalición con el PAN que permitiría obtener una bocanada de oxígeno no para el partido y sus escasos militantes sino para los dos o tres líderes que se llevan las pocas ganancias rescatadas de los escombros del partido.
La estocada
Hoy el IEE le ha dado una estocada al PRD de Sonora al dejarlo sólo en la lucha electoral que se avecina. Su última esperanza está en la Sala Guadalajara del Tribunal Electoral del Poder Judicial.
Sólo esta instancia podría revertir la anulación de la alianza con el PAN, pero en caso de que así fuera, el ocaso del sol azteca es irreversible, cae la noche para quienes buscan su último refugio en el albergue azul.
(Alguien con mucha malicia comenta que la prohibición de la alianza PAN - PRD proviene de un interesado en debilitar cualquier avance panista en Sonora, de manera especial en las candidaturas por el Senado).
