NAVOJOA.- Por segundo domingo consecutivo, cientos de navojoenses salieron a las calles para exigir justicia por la muerte del joven Genaro Ruiz, sin embargo, la marcha se vio mermada en su participación debido a presuntas amenazas.
No fue el calor, alegan los organizadores, fueron los rumores que se publicaron en redes sociales de que algo les iba pasar a quienes participaran en la protesta. Incluso fueron contados los reporteros en la cobertura.
“También los compraron”, afirman algunos. Lo cierto es que la diferencia fue muy notoria de un domingo a otro. Los cálculos afirman que de mil personas bajó a casi 200 la presencia ciudadana.
Y aun así, la marcha sale a las 9 con 30 desde palacio municipal y se enfila rumbo al edificio de Seguridad Pública. Unos a pie, otros en sus vehículos como bicicletas, motos, automóviles, custodiados por varias patrullas municipales.
“Genaro Vive, la lucha sigue”, “No fue suicidio, fue un homicidio” y “Policías asesinos, la cárcel tu destino” corean los manifestantes en su recorrido. A su llegada, piden la presencia del nuevo comisario Héctor Guadalupe Jocobi Valdez.
Uno de los manifestantes denuncia que “Contraloría no nos ha dado los nombres de los policías que intervinieron en la detención de Genaro, nos sabemos exactamente los nombres, solo tenemos es el video que Genaro grabó”.
El grito de “Justicia, justicia, justicia”, se escucha con fuerza, al momento de que el titular de la dependencia sale a dialogar con los marchistas. Los reclamos llueven: No más atropellos, no más detenciones ilegales, pero sobre todo no más muertes.
“La encomienda es que vamos estar muy pendientes en la actuación policial, queremos retomar la confianza de la ciudadanía y estamos en pláticas con los elementos para que haya una seguridad pública transparente”, responde Jocobi Valdez.
Todo iba más o menos bien, hasta que el nuevo comisario se atrevió a decir que “Navojoa es una ciudad tranquila” y recibió un abucheo de los presentes. “Mentira, no es tranquila”, le reviran varios ciudadanos.
Una señora se envalentona y lo interpela: “No señor, Navojoa no es tranquila porque yo tengo hijos y siempre cuando los policías los agarran les pegan patadas, les dan todo y aporte de eso quieren que pague multa por llevármelos”.
“De eso vamos a estar muy pendiente y le daremos seguimiento”, apenas alcanza a decir el nuevo comisario, mientras otras voces mencionan al unísono la existencia de más abusos policiacos. La madre de Genaro observa callada.
Una mujer, notablemente indignada, toma el micrófono y exclama: “Le pido que les ponga un alto a todos los policías porque todos de los que estamos aquí, de uno o de otra manera hemos sido víctimas de la policía”.
“Mentiras que Navojoa es tranquilo, mentiras porque hay muchas personas levantadas y nadie hace nada porque todos está coludidos”, continuaba con sus reclamos de frente al funcionario municipal, que no le quedó de otra que “apechugar”.
Hasta aquí terminó el episodio en Seguridad Pública. Luego, un grupo más reducido de personas se trasladaron a la tumba de Genaro en el llamado panteón viejo para cerciorarse que no había sido ultrajada.
Tras solicitarse la exhumación, se corrió el rumor que el cadáver pudiera ser “sacado” de su morada para borrar evidencias. Los asistentes pudieron atestiguar que la tumba no presenta cambios y sigue intacta a 10 días de que fue la sepultura.