Los actos de violencia recientes que originaron a muerte del joven Víctor Molina en Loma de Bácum son consecuencia del conflicto generado por el gasoducto en la etnia yaqui, aseguraron integrantes de organizaciones ciudadanas.
Rechazaron así de manera tajante que los acontecimientos violentos del 30 de abril y 1 de mayo hayan sido consecuencia sólo de una disputa por el incendio de cultivos en tierras indígena rentadas a un particuar.
A nombre de las orgranizaciones sociales, Gustavo Leyva señaló que el incendio de los cultivos fue provocado por Eduardo Arvizu Jiménez, quien pertenece al grupo que apoya el gasoducto y por lo que fue liberado de manera inmediata en la Agencia del Ministerio Público a donde lo habían llevado las autoridades tradicionales de Loma de Bácum.
Leyva explicó que tras liberar de forma violenta a Arvizu, los que apoyan al gasoducto y tienen como dirigente a César Cota Tórtola se dedicaron a hostigar a los habitantes de este pueblo.
"De manera tendenciosa el delegado de la SeGob, el secretario de Gobierno y el alcalde de Cajeme han manejado en los medios que se trató de un hecho aislado que nada tiene que ver con el conflicto del gasoducto", refirió Leyva.
Advirtió que la postura de estos actores políticos "podría desencadenar enfrentamientos de mayor envergadura con la intención de criminalizar a la Autoridad Tradicional de Loma de Bácum y a sus asesores para así imponer el gasoducto por territorio yaqui".