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La modernización de varios cruceros en la ciudad es un proyecto de la Secretaría estatal de Infraestructura y Desarrollo Urbano (Sidur) que inició hace varios meses y desde entonces el cierre de esos puntos ha ocasionado enormes daños a las calles aledañas.
El desvío del tráfico pesado, sobre todo el de camiones de transporte urbano de pasajeros y camiones de carga pesada, incrementa día a día los daños en avenidas que se encontraban en estado normal antes del cierre de los cruceros.
Las obras en los cruceros fueron suspendidas durante varias semanas y hoy, ante las protestas de la población, se han reiniciado pero las actividades se desarrollan con una lentitud desesperante para automovilistas y vecinos que exigen el regreso a la normalidad en esos transitados sectores.
Nadie sabe cuándo van a concluir esas obras, pueden pasar otros tantos meses.
Y el desastres en las calles aledañas ni siquiera está en los planes de reparación de la Sidur.
Desde el 2015, al concentrar el Gobierno del Estado las decisiones y los recursos financieros para el desarrollo urbano de los municipios, se ha colapsado la infraestructura en áreas importantes de ciudades como Cd. Obregón, porque se quitó a los ayuntamientos una responsabilidad que son ellos los más indicados para asumirla.
Así, la reparación de las calles aledañas a los cruceros deberá esperar hasta ¡que a la Sidur se le antoje!. Lo cual puede esperar varios meses, si no es que años.
Para el próximo Congreso del Estado será una de las tareas más importantes a realizar: Que los recursos financieros y las decisiones en materia de desarrollo urbano regresen a las manos de los ayuntamientos sonorenses.
