Una profunda crisis financiera que incluye deudas a proveedores por casi 200 millones de pesos, inclusión en el buró de crédito vencido por no pagar a bancos, sin derecho a los apoyos de Conagua también por falta de pagos, fue la herencia que la anterior administración del Oomapasc, encabezada por Cecilia Antillón, dejó a la presente que dirige Rodrigo González.
Y por si fuera poco lo anterior, una extensa red de funcionarios y proveedores amigos que fueron beneficiados durante el período 2015 - 2018, agravó la crisis heredada y en medio de la cual debió trabajar la administración recién iniciada para enfrentar los estragos causados por la depresión tropical 19-E.
Así como se dejó de pagar a la Conagua, al Distrito de Riego (DRRY) y a más de 20 proveedores particulares, también hubo pagos puntuales y hasta cierto punto generosos para otros proveedores, señala González.
Entre estos últimos sobresalen nombres de personas ligadas estrechamente a funcionarios de la anterior administración, de acuerdo con una revisión que Infocajeme hizo del portal de transparencia del Oomapasc.
Es ilustrativa la generosidad con la que se entregaron millones de pesos al sindicato del Oomapasc (Sutoc) encabezado por una exregidora priista, aportaciones hechas precisamente en los meses previos y durante la campaña electoral, en coincidencia con la contratación de alrededor de 20 empleados que poco trabajaron en el Organismo y mucho en la organización territorial del PRI durane la campaña.
Empleados que, por cierto, ingresaron como eventuales y pronto fueron basificados, una suerte que no es muy común en este tipo de empresas.
A la par se presentaron detalles "difíciles" de explicar, como el cobro de 45 mil pesos por el arreglo de una camioneta del Oomapasc casi nueva y la liquidación exclusiva de los funcionarios cercanos a la directora general, no así para otros funcionarios "menos amigos".
En medio de esta situación, debió atenderse la contingencia climática del 19 y 20 de septiembre.
No había combustible para mover las máquinas y, lo peor, no había crédito para comprarlo debido a las deudas acumuladas con los proveedores.
Por fortuna, uno de los empresarios gasolineros aceptó conceder un crédito a la palabra y gracias a ello pudo trabajar la maquinaria especial para atender la contingencia logística.
La administraiva y financiera irá solventándose en los próximos meses, asegura el director general del Oomapasc, confiado en recibir apoyos federales que permitirán cubrir las deudas pendientes.
La situación actual podría no ser tan difícil si en vez de pelearse con el gobierno de Guillermo Padrés, el exalcalde Rogelio Díaz Brown hubiera mantenido una relación cordial, pero lo movió más su interés político y el de su partido. Así el Oomapasc perdió los 5 millones de pesos que el Gobierno del Estado le aportaba.
Con la llegada del gobierno encabezado por Claudia Pavlovich se esperaba recuperar dicho apoyo, pero la situación siguió igual sin que hubiera un reclamo por parte de la administración municipal.
Así, en el estira y afloja con los proveedores a quienes no se les pagó en la administración anterior, con una plantilla numerosa de empleados contratados hace unos meses y otras irregularidades heredadas, el Oomapasc intenta hoy recuperar su normalidad financiera y la eficiencia que perdió en aras de una privatización que se veía venir y hoy parece lejana a la luz de la nueva ley federal de aguas nacionales.
En cuanto a la investigación y castigo por las irregularidades detectadas hay pocas probabiliades de que esto suceda.