El primer resultado positivo obtenido con el nuevo sistema de justicia penal es la reducción del número de personas inocentes en las cárceles del país, aseguró Miguel Garza Flores.
Con el sistema anterior, si un joven era detenido por robar el espejo de un automóvil, era recluido en un penal donde se relacionaba con criminales, presos por crimen organizado y otros delincuentes peligrosos, lo que hacía más amplio el espectro delictivo del joven que al salir ya no se conformaba con robar espejos, explicó el oordinador de la Dirección de Investigación Aplicada en Policía, Seguridad Ciudadana y Prevención.
Garza Flores impartió en la Casa de la Cultura Jurídica de Cd. Obregón un taller sobre actuación policial en el que participaron agentes de las diversas corporaciones de seguridad pública.
Respecto a la queja ciudadana por delincuentes menores que son detenidos en varias ocasiones y liberados a los pocos días, consideró que en esos casos el problema puede estar en los fiscales o ministerios públicos que no llevan un buen proceso o no conocen el historial del acusado.
Recomendó a las comunidades donde hubo una detención darle seguimiento al caso preguntando al policía o los policías que intervinieron qué ha pasado con el inculpado, cómo está su proceso, si sigue o no en libertad.
"La comunidad debe involucrarse para hacer más efectiva la aplicación del sistema de justicia, dijo.
Otro caso en discusión con el nuevo sistema de justicia penal es si se debe dar libertad a una persona detenida con un arma, añadió.
El sistema anterior permitía privarlos de la libertad, en el nuevo sistema se les quita el arma y si no estaba haciendo algo indebido con ella queda en libertad pero con es investigado como medida cautelar.
Este cambio ha provocado inconformidades en algunos mandos de seguridad pública, por lo que conviene capacitar más a los primeros respondientes, los policías, para que procedan de manera correcta.