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Si el Partido Revolucionario Institucional fuera una persona, llegaría a su cumpleaños 90 con un estado de salud muy deteriorado.
Derrotado electoralmente por otros partidos más jóvenes, desprestigiado por el pasado de corrupción de gobernadores encarcelados, y con problemas económicos tan graves, que ni siquiera puede pagar sus propias elecciones para renovar su dirigencia nacional.
Sin embargo, al igual que muchos adultos mayores, se aferra a enaltecer las hazañas del pasado. Como muestra, bastan algunos de los autoelogios nostálgicos publicados por sus militantes vía Twitter: "ha creado las instituciones que le dieron modernidad y justicia social a México"; "ha caminado hombro con hombro con los campesinos de México"; "es el único partido que a lo largo de su historia le ha apostado a las mujeres".
Más allá del contraste de posturas sobre su legado y su situación actual, el próximo proceso de renovación de su liderazgo y las elecciones de 2021, han generado un resquebrajamiento interno que ha llevado a la salida de liderazgos históricos como el exdirigente, César Augusto Santiago, y la ruptura de grupos políticos aliados como México Nuevo, para conformar su nuevo partido.
También ha despertado una batalla interna por tratar de deslindarse de la figura de corrupción y desprestigio social que representa para el partido el expresidente Enrique Peña Nieto, para líderes internos como Ulises Ruíz, quien, en una carta dirigida a la titular del priismo nacional, Claudia Ruíz Massieu, exige su expulsión de las filas del partido.
La lucha interna por el poder
Ante la renovación de la dirigencia del partido tricolor en agosto de este año, media docena de militantes han levantado la mano para ocupar el puesto. Una parte importante de la renovación podría consistir la forma de elegir a su líder, pues se ha propuesto realizar una elección abierta, organizada por el Instituto Nacional Electoral, para que todos los militantes y simpatizantes escojan a su dirigente mediante el voto libre y secreto.
Estos son algunos priistas que hasta ahora se han propuesto para encabezar el partido:
Ivonne Ortega Pacheco. Exgobernadora de Yucatán, senadora y diputada federal. Ortega aspiró a convertirse en candidata a la Presidencia en 2018, criticando fuertemente el control del partido ejercido por del entonces presidente Enrique Peña Nieto, pero perdió ante José Antonio Meade.
José Narro Robles. Exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Narro también aspiró a la candidatura a la Presidencia en 2018, cuando fungía como secretario federal de Salud. La semana pasada anunció su retiro de la vida académica para contender por el liderazgo del PRI.
Alejandro Moreno Cárdenas. Gobernador de Campeche, senador y diputado federal. Moreno ha anunciado que está en espera de que el PRI emita legalmente la convocatoria para renovar su dirigencia nacional, para solicitar al Congreso estatal la licencia para separarse del cargo de gobernador y contender por el cargo político.
Miguel Ángel Osorio Chong. Exgobernador de Hidalgo, exsecretario de Gobernación, diputado federal y actual senador. Con casi tres décadas de militancia, Osorio ha sido cauto al hablar sobre la posibilidad de contender por la dirigencia del PRI, sin embargo, es uno de los más sonados para ocupar el puesto.
Lorena Piñón Rivera. Exdelegada de la SRE en Veracruz. Esta joven militante priista también ha sido líder estatal de la Juventud Veracruzana y dirigente estatal de la Organización de Mujeres del PRI. En 2016 demandó al entonces dirigente nacional, Enrique Ochoa Reza, por presuntas irregularidades para mantenerse en su cargo.
Ulises Ruíz Ortiz. Exgobernador de Oaxaca, diputado federal y senador. Ruíz también dirige la corriente priista Democracia Interna, grupo que busca "la refundación del partido", y que actualmente busca la expulsión de Enrique Peña Nieto del partido.
