Hace dos años, cuando la temporada de lluvias puso en evidencia el mal diseño y reconstrucción de las calles Jalisco y Sufragio Efectivo, convertidas en una laguna, los funcionarios del Ayuntamiento aseguraban que una vez terminado el colector pluvial en la calle 200 y otras obras de desfogue, no se volvería a presentar el problema de inundaciones en el extremo sur de ambas calles.
La tormenta de este martes exhibió de nuevo que no fue solo el factor tiempo -el retraso exagerado- sino también su pésima calidad como obra de ingeniería, aunque hasta hoy todos nos hemos centrado en el primer factor.
De nueva cuenta este miércoles la Jalisco y la Sufragio amanecieron inundadas, con el agua estancada en dos cuadras, desde la Nicolás Bravo hasta la 200, ocasionando el inevitable caos vial que daña automóviles y provoca el encono comprensible de los conductores.
Las escenas de hoy volverán a repetirse cada vez que caiga una lluvia importante sobre la ciudad, de esas que caen dos o tres veces al año, cuando menos.
Y hasta hoy nadie ha dicho cómo va a obligarse a la constructora ESNA a reparar ese daño, no sólo el incumplimiento en los tiempos de la obra sino además en la mala calidad de la misma.