En medio de la crisis financiera que vive el Ayuntamiento de Cajeme, con una enorme deuda y recursos federales cada vez más exiguos, las autoridades desaprovechan uno de los activos más importantes del Municipio y que debe generarle ingresos importantes pero aún no recibidos: El nuevo estadio de beisbol.
Un inmueble en el que se invirtieron cuando menos 900 millones de pesos y cuya construcción nunca se justificó, ha sido explotado de manera exclusiva por un grupo de accionistas del Club de Beisbol Yaquis gracias a una concesión PRIvilegiada (todo quedó entre políticos y empresarios de ese partido) concedida durante la administración del alcalde Faustino Félix Chávez para sus amigos, a quienes hizo prácticamente dueños del estadio por 30 años.
Ni un peso para el Ayuntamiento
A casi 3 años de haberse aprobado la concesión del nuevo estadio de beisbol al Club Yaquis de Obregón, al municipio no han ingresado los 3 millones de pesos que el concesionario está obligado a pagar cada temporada (9 mdp en tres temporadas), situación que analiza el gobierno municipal para hacer un nuevo título de concesión.
El regidor Rosendo Arrayales solicitó a Tesorería Municipal el monto captado desde que entró en vigencia el contrato, a lo que la titular de la dependencia, Karina Montaño, respondió el 15 de octubre: “Respecto a la información solicitada, no contamos con algún ingreso a la fecha”.
En ese sentido propuso que por la situación financiera por la que pasa el Ayuntamiento, se deberían recuperar esos recursos y utilizarse para la compra de patrullas o bien que se destinen a un fondo económico en apoyo a los agentes de Seguridad Pública.
Mientras que el alcalde Sergio Pablo Mariscal expuso en Cabildo que “es un tema que traemos desde el principio de la administración; estamos empujando para ir revisando el nuevo título de concesión y revisando el tema de la entrega del estadio, no son temas tan rápidos”.
Contrato a modo
Mediante el acuerdo 155, el Cabildo de Cajeme autorizó en diciembre 2016 el contrato de concesión a la empresa Club de Besibol Obregón SA de CV, para el uso, explotación, conservación, mantenimiento del estadio, que implica derechos y obligaciones a las partes.
Según el documento, la duración de este contrato es por 30 años y por concepto de derecho, el Club Yaquis pagará 5 millones de pesos al año, cifra que se actualizará “en base a la variable promedio del impuesto predial de Cajeme“, establece la cláusula décima séptima.
También se autoriza al concesionario celebrar contratos de publicidad y “explotar el inmueble para juegos de beisbol, espectáculos de diversa índole, venta de bebidas con o sin alcohol, venta de alimentos, arrendar los espacios correspondientes para dichas actividades…”
En la cláusula siguiente se fijan las condiciones de pago: 3 millones de pesos en efectivo y el resto en especie. Un millón de pesos en boletos para el DIF municipal y otro millón para publicidad y comunicación en el estadio, que incluye una suite para 18 personas en el segundo piso.
Cobro a lo chino y a lo cochino
El presidente del Club Yaquis, René Arturo Rodríguez, informó que actualmente se cumple con el contrato, ya que al DIF se le otorgan 460 boletos para juego del área de bleacher y general, además que el Ayuntamiento dispone de espacios para anunciarse.
“La diferencia de 3 millones la invertimos en el estadio y se le hace una presentación a las autoridades”, afirmó el directivo de la franquicia, lo cual no está contemplado en el contrato, ya que los gastos de remodelación y mantenimiento corren a cuenta del concesionario.
La cláusula Sexta dice que “EL CONCESIONARIO podrá realizar inversiones complementarias dentro del inmueble concesionado mediante autorización previa de El MUNICIPIO”, lo cual deberá hacerlo por escrito y exhibir los anexos procedentes del caso.
El Secretario de Desarrollo Urbano, José Carlos Galindo Gutiérrez, aseguró que en el tiempo que lleva al frente de la dependencia no tiene registros ni conocimiento sobre proyectos o posibles inversiones que la directiva haya realizado o vaya ejecutar en el inmueble.
Además, el texto destaca que “las partes reconocen que los derechos fijados en la presente cláusula (Décima Séptima) son justos y acordes la naturaleza de la presente concesión”, pues la duración tan corta de la temporada, reduce en gran medida los ingresos del Club.
“Adicionalmente, las franquicias de beisbol de la Liga Mexicana del Pacífico tienen que hacer frente a los altos costos que implican el pago de los jugadores, el pago a personal administrativo, de intendencia, vigilancia, así como el mantenimiento y remoddelaciones que requieren los estadios de béisbol de tiempo en tiempo”, agrega el documento.
El trato exclusivo implica el no cobro de 4 temporadas, pero también un trato preferencial al Club Yaquis sobre el adeudo de 3 millones de pesos que tenía hasta la temporada pasada, y no solo no habían pagado el servicio, además no hicieron un contrato con el Oomapasc hasta que el exdirector Rodrigo González prácticamente los obligó bajo la advertencia de suspenderles el suministro de agua si no pagaban.
Otra irregularidad es el compromiso de pagar 1 millón de pesos en especia, con publicidad para el Ayuntamiento en el interior del estadio. Sin embargo la publicidad oficial vista hasta hoy no valdría ni siquiera 300 mil pesos para un cliente regular y en los mismos espacios.
Además es incongruente que el Ayuntamiento pague una cantidad tan alta por concepto publicitario en un inmueble de su propiedad, donde debería anunciarse gratis.
Respecto al millón de pesos pagados en boletos para el DIF Cajeme, se le deja a esta institución la tarea de repartir tantos boletos con un personal que muchas veces no alcanza ni para cubrir sus labores principales.
Por otra parte, dichos boletos son para que los niños agraciados entre gratis acompañados de un adulto que si paga. Como en el circo.
Ahora con el comentario que hizo el Alcalde a la propuesta del regidor Arrayales, se espera que por fin el Ayuntamiento obtenga una "tajada" justa del negocio que se hace con su inmueble, negocio donde hasta hoy lo han dejado fuera.
Aunque tal vez los funcionarios municipales se den por bien pagados con la suite especial que tienen en la parte alta del estadio; desde ahí se ve muy bien el campo de juego y los inquilinos son vistos como los poderosos en turno.