La presencia de arsénico en el polvo que respiran habitantes de Hermosillo pudiera ser igual o más tóxica que la descubierta en el agua consumida en las comunidades yaquis de Pótam y Vícam advierte la maestra Mercedes Meza Montenegro.
Un estudio realizado por ella y otros investigadores durante el 2019 en 127 niños de 5 escuelas primarias de Hermosillo, demostró incremento en los niveles de metaloproteinasa en suero (MMP-9) por exposición a arsénico presente en el polvo.
La MMP-9, explica la investigadora del ITSON, es un biomarcador asociado a inflamación pulmonar, enfermedades respiratorias crónicas y cáncer, lo que demuestra la importancia de continuar estas investigaciones en zonas áridas como las que predominan en Sonora.
Meza ha sido reconocida por sus estudios que demostraron la presencia de agroquímicos en la leche materna de mujeres del Valle del Yaqui.
Posteriormente participó con otros especialistas del ITSON en las investigaciones que permitieron detectar la presencia de arsénico en el agua que consumen los habitantes de Vícam y Pótam. El arsénico es calsificado como carcinógeno por la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer y sus niveles en el agua que consumen las dos comunidades yaquis supera el promedio tolerable por el organismo humano en 9.1 veces más (Pótam) y 1.6 veces (Vícam).
Mas no solo el riesgo cancerígeno. Ahora las investigaciones han demostrado también una influencia notoria en la aparición de enfermedades respiratorias. Las más comunes asociadas a exposición a arsénico se encuentran: tos crónica, dificultad para respirar, bronquitis, sibilancias, bronquetiasis y enfermedad obstructiva crónica, señala Meza.
Asimismo se han detectado niveles altos de arsénico en la orina de niños de Pótam.
Un daño más profundo ha sido el ocasionado en el DNA a niveles moderados de exposición al arsénico.
En polvo
En este momento, comenta Meza, continuamos con los estudios en las comunidades yaquis de Pótam, Vícam y Cócorit, a través de un proyecto apoyado por la Universidad de Arizona, pero ahora sumando la exposición a arsénico a través de los polvos.
Actualmente a nivel mundial, dice, solo se tiene la referencia de un estudio realizado por el equipo de la Dra. Beamer de la Universidad de Arizona, que relaciona la presencia de arsénico en agua y suelos con la reducción de los niveles de la neumoproteína CC16 en 90 niños de 3 comunidades de Arizona.
Esta proteína contiene propiedades anti-inflamatorias y anti-tóxicas, se vieron significativamente reducidos en el suero de éstos niños, por la presencia de arsénico en el suelo (valores promedio de 31 mg/Kg). La importancia de esta investigación es que por primera vez se observa que el arsénico a través de esta ruta de exposición pudiera ser igual o mas tóxica que el arsénico en agua, comenta Meza.
Sonora y Arizona por estar localizados en zonas áridas comparten la misma problématica ambiental: la presencia geológica de arsénico an agua y su resuspensión en polvos.
Los primeros resultados prenden un foco de advertencia, ya no sólo en comunidades empobrecidas como las yaquis de Pótam y Vícam, sino también en las de áreas urbanas como lo demuestra el estudio realizado por Meza e investigadores asociados.