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Médico cajemense destaca a nivel internacional

Rebeca Herrejón / Mural
Jueves 23 de Julio de 2020
 

Apenas rebasa los 50 años y Ariel Pablos-Méndez ha recorrido casi la mitad del mundo.

La República Democrática del Congo, en África; Birmania, en Asia; Suiza, en Europa... Guadalajara, que le robó el corazón.

Oriundo de Cajeme, Sonora, y médico egresado de la Universidad de Guadalajara (UdeG), fue nombrado en el 2011 como Administrador adjunto del programa de Salud Global de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), donde encabeza esfuerzos para luchar contra la tuberculosis, el sida y la sobrevida de los menores en países en desarrollo.

"Mi filosofía de buscar la ciencia y el humanismo, ayudar a la gente, me dio la pauta de escoger la Medicina, y ha sido una profesión maravillosa, que te permite hacer eso, clínicamente, que te permite investigar, te permite enseñar, te permite trabajar", resume.

"Es un espacio muy rico y muy flexible".

Antes de tener pase directo a la Casa Blanca, Pablos-Méndez fue gerente de la Fundación Rockefeller, una organización filantrópica estadounidense, en donde lideró proyectos para combatir la tuberculosis, el sida y otras enfermedades, en asociación con otros entes.Sus logros son fruto del esfuerzo, la dedicación y el estudio.

En la Preparatoria 2 de la UdeG, se graduó como el mejor alumno, según registros de la institución.

En la otrora Facultad de Medicina, terminó con un promedio de 96 puntos sobre 100. Un estudiante de excelencia, reconocido durante tres años seguidos con una condecoración de la Rectoría de la ex Facultad, por su trabajo en pro de la academia y la investigación.

 

Internista y epidemiólogo

Hizo su servicio social en el Hospital General de Ciudad Obregón y volvió a Guadalajara para cursar su especialidad en Medicina Interna en el Hospital Civil.

"Durante este periodo yo había trabajado entre los estudiantes para organizar conferencias de actualización, escribimos un par de libros y nos preparamos con otros para tomar los exámenes de validación en Estados Unidos", recuerda.

Esa época fue de grandes retos, admite, pues las pruebas de acreditación en el vecino país son muy competitivas.

"Mis amigos piensan que era fácil para mí, pero no, como todo, hay que trabajar, hay que organizarse, hay que prepararse y, una vez que está uno en el sistema, te tienes que proponer hacer tu mejor trabajo.

"Siempre hacer un poco más de lo que se espera de ti, y eso te abre muchas puertas, en todos lados", afirma.

En Nueva York, como alumno de la Universidad de Columbia, obtuvo la Maestría en Epidemiología Clínica y comenzó su trabajo e investigación sobre la tuberculosis resistente a medicamentos que, eventualmente, lo llevaría a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Ginebra, Suiza, para hacer un reporte global.

"Un trabajo que cambió la dinámica, hubo mucha más atención. Entendimos dónde había graves problemas, dónde estaban lecciones buenas y eso dio pauta a programas de la OMS para combatir la tuberculosis", rememora sobre su trabajo en 1998.Tras regresar a Nueva York, se unió a la Fundación Rockefeller, donde comenzó a hacer cosas distintas, entre ellas la gestión para obtener recursos y aplicar programas.

 

El corazón tapatío

Se comprometieron en Akron, Ohio, pero su raíz está en Guadalajara.

Mercedes Pablos, tapatía de nacimiento y bailarina de ballet de profesión, es la mujer que respalda al mexicano con mayor rango en el sistema médico del Gobierno de Estados Unidos.

Tienen cuatro hijos: Alan, arquitecto; Ariel, filósofo y titulado en el idioma chino; Fernando, comunicólogo en potencia, y Alejandra, quien estudia preparatoria.

Entre las vueltas al mundo y a la Casa Blanca, Pablos-Méndez encuentra tiempo para ir a su casa, en Nueva York, y disfrutar con su familia, además de tocar la guitarra.

En vacaciones regresa a su Sonora, y cuando viene a Guadalajara, hace una obligada parada para comer carne en su jugo.

 

Manos contra el sida

Ya había probado que la enfermedad de los pobres, la tuberculosis, podía ser tratable si se unían esfuerzos de la industria, la sociedad y el Gobierno.

Ante el drama del sida en África, en el año 2000, Pablos-Méndez desarrolló, junto con su equipo en la Fundación Rockefeller, la estrategia para combatir la enfermedad.

"Había sido entrenado en Nueva York, donde antes de que hubiera tratamiento, me tocaba recibir muchachos jóvenes que llegaban con tos y fiebre, asfixiándose, y no había tratamiento.

A la medianoche estaban intubados y muchos no amanecían", rememora.

"Vimos la tragedia del sida directamente y, cuando llegaron los tratamientos, era un milagro, era una revolución. Era el levantamiento de Lázaro, gente que estaba muriendo, ahora podía vivir".

Empero, los medicamentos eran costosos, pero con la experiencia en la investigación sobre tuberculosis, sabían que los precios podían reducirse.

Desde la India, donde las farmacéuticas producían las sustancias químicas que podrían lograr esto, sumado a un acuerdo presidencial de la Administración de Bill Clinton con las empresas que tenían las patentes, la Fundación -junto con otras 10 organizaciones- logró llevar los medicamentos hasta África. Y frenar el avance del virus.

 

Trayectoria técnica

En agosto del 2011, Pablos-Méndez fue nominado por el Presidente Barack Obama ante el Senado de Estados Unidos para ocupar el puesto de Administrador adjunto del programa de Salud Global de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

"Mi trayectoria ha sido una trayectoria puramente técnica, eso me enorgullece, una trayectoria técnica y de integridad", apunta.

A USAID la define como una plataforma de desarrollo con medio siglo de experiencia, que usa la ciencia para ayudar al mundo.

El trabajo es posible gracias a ciudadanos que pagan impuestos y que ven como parte de su identidad el apoyar a USAID, dice.

Desde ahí encabezan proyectos para ayudar a países en desarrollo, como alguna vez lo hicieron con México, que ya está a la par de los sistemas desarrollados en el mundo.

Su país, añade, enfrenta problemas como las enfermedades crónicas, el aumento en la edad y una creciente necesidad de atención.

"El mundo es uno solo", resume, "especialmente en Medicina y en Ciencia, donde siempre ha habido principios universales, porque todos los seres humanos merecen salud, merecen vivir, y la Ciencia es universal, así que me siento parte de una familia universal".

 

Conózcalo

Ariel Pablos-Méndez.Títulos: Médico internista por la UdeG; maestro en Epidemiología Clínica por la Universidad de Columbia, en Nueva York.

Cargo actual: Administrador adjunto del programa de Salud Global de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Trayectoria: Profesor en la UdeG y en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Coordinador de la investigación sobre tuberculosis resistente a medicamentos en la OMS. Responsable del Programa de Salud Global de la Fundación Rockefeller.

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