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La manifestación del sábado 12 de septiembre fue una protesta genuina juvenil de indignación y enojo contra autoridades que se mantienen impávidas ante la violencia extrema y la violencia feminicida que prevalece en municipios alertados, manifestaron integrantes de la Red Feminista Sonorense.
Al planteárseles si estaban de acuerdo con los hechos ocurridos en el centro de la Fiscalía General de Justicia del Estado (calles Jalisco y Yaqui), expresó Deni Gastélum:
"Se reponen los vidrios y las paredes, la vida de las mujeres no regresa, las desaparecidss no regresan, no es más que una manifestación, una prueba de que las mujeres de Cajeme estamos hartas, tenemos miedo".
Añadió:
"Nosotras no somos responsables, no convocamos a esta marcha, tenemos una trayectoria, la reacción de esa manera es parte del hartazgo de estas jóvenes. Esos vidrios ya los repusieron, pero yo tengo una alumna desaparecida y exigimos que aparezcan todas, ni una más, que se haga justicia".
La Red Feminista señaló que las autoridades carecen de coordinación y de una estrategia única de prevención y erradicación de la violencia extrema.
Municipios sonorenses como Cajeme figuran entre las 100 ciudades del país con mayor incidencia delictiva contra la vida, seguridad e integridad de las mujeres.
Mencionaron los datos que ubican a Sonora como un estado de extrema violencia para las mujeres:
Ocupa el primer lugar de violencia familiar a nivel nacional, el segundo en abuso sexual, el cuarto en violencia de pareja, noveno en violaciones, doceavo en acoso y hostigamiento sexual.
