Doña Conchita Alcaraz y don Cesáreo Gutiérrez son una pareja de adultos mayores a quienes conocí hace unos meses en una manifestación.
Cesáreo manejando su viejo sedán de donde ayuda a bajar a Conchita quien debido a su diabetes y neuropatías, usa andadera para caminar.
Los dos hacen su luchita, sacan sus pancartas y se manifiestan por sus derechos, momento que me ocasionó tal empatía con ellos y desde entonces Conchita me llama cada tantos días para saludarme y ver si le tengo noticias sobre algunas tareas en las que me comprometí apoyarle con gestiones.
Ahora Conchita me llama agobiada, me dice que le acaban de diagnosticar hace tres días covid, me cuenta cómo la ha estado pasando, sus miedos, sus pendientes; uno de ellos, su marido don Cesáreo dejó de trabajar como velador de una casa particular para dedicarse de tiempo completo a ella, en lo que se recupera.
En esta llamada de auxilio y confesiones, Conchita me dice ser madre de tres hijos tristemente ausentes por fallecimiento, levantones o por la mala suerte de vivir en una ciudad, en un país, donde no hay garantías de seguridad.
Conchita y Cesáreo tienen nietos, todos menores de edad; también tienen hermanos, todos mayores pero de ellos por la condición del contagio y su precariedad, no esperan mucho.
Si usted quiere apoyar a Conchita y Cesáreo, ellos viven en la colonia Alameda, calle Angola #1364 entre Kenia y Sudán, a espaldas de la Secundaria Técnica #8.
Doña Conchita es un ser muy sociable y las palabras, llamadas de aliento, le dan ánimo. Su celular es 644-248-5699