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Este viernes un grupo de alrededor de 20 motociclistas hicieron una manifestación de protesta en contra del asedio que viven por parte de elementos de Tránsito municipal a quienes acusaron de hostigarlos mediante revisiones minuciosas donde siempre encuentran algo para decomisarles la moto.
Si bien los manifestantes era un pequeño grupo, su expresión es un reflejo de lo que ocurre con cientos de motocilcistas que a diario deben enfrentar a los uniformados en reternes instalados en distintos puntos de la ciudad.
Las autoridades iniciaron esta campaña con argumentos razonables: Muchos delitos, sobre todo de alto impacto, son cometidos por delincuentes que se movilizan a bordo de motocicletas. Y lo hacen con unidades irregulares, sin placas e incluso con reporte de robos.
También hay quejas contra los jóvenes que circulan por toda la ciudad a bordo de motos sin escape, ruidosas, con las que buscan llamar la atención sobre todo en el interior de las colonias y en altas horas de la noche. Son un plaga.
Pero basarse en estos argumentos para emprender una cruzada contra todos los motociclistas es un exceso de autoridad que no se justifica por ningún concepto.
Menos aun cuando los retenes y decomisos no han servido para detener la ola de violencia crimilnal y pillajes que están a la orden del día en Cajeme.
Tal parece que alguien está interesado en que continúe esta campaña de asedio a los motociclistas para aportar un punto más de encono social contra las autoridades, algo delicado cuando está a la vuelta un proceso electoral.
