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Después de todos los esfuerzos infructuosos para solventar la crisis financiera que arrastra desde hace años, el Oomapasc debe enfrentar ahora una embestida sindical animada al calor de la lucha electoral que se avecina.
Desde hace unos días la dirigencia del Sindicato (Sutoc) ha asumido el papel de órgano administrativo que impone decisiones por encima o en contra de las que gira la Dirección General del Organismo. El caso inmediato es la orden sindical a los trabajadores para que no repartan los recibos de cobranza cuya entrega es imprescindible para recuperar algo de los recurso financieros que le urgen a la empresa.
Al mismo tiempo que promueve hostigamiento laboral contra los trabajadores que se le oponen, la presidenta del Sutoc, Silvia Godoy, rechaza la propuesta del director Roberto Gamboa para distribuir los bonos por productividad entre una base amplia de trabajadores y decide que sólo sus allegados sigan siendo los únicos beneficiarios de esta prestación.
Todas las circunstancias parecen estar contra el Organismo, incluyendo la equivocada reforma a la ley para prohibir el corte de agua a los usuarios morosos, medida que ha sido aprovechada por los grandes deudores, aquellos que más consumen y sí pueden pagar. Una reforma que ignoró la protección que ya existía para la gente de más bajos recursos y favoreció a gente pudiente, empresas e instituciones que adeudan cantidades millonarias acumuladas con el paso del tiempo y la complicidad de algunos funcionarios.
Allí están, entre otros casos, la deuda por 27 millones que tiene el Cereso local y las de otras instituciones del Estado que se niegan a pagar con el pretexto de las deudas del municipio con el Gobierno de la entidad.
Los millonarios privilegios de la directiva sindical, cuyos integrantes tienen licencia para no trbajar pero con derecho a vacaciones pagadas y a un bono de 30% sobre su sueldo base, agudizan la crisis que hoy intenta acelerar el Sutoc.
Para nadie es un secreto que la dirigente sindical Silvia Godoy aspira a una candidatura del PRI apoyada por la cúpula cetemista a la que ella pertenece.
Estas condiciones engordan el caldo de cultivo para una posible desestabilización del Oomapasc en los próximos meses, el Sutoc ya declaró la guerra imponiendo órdenes a los trabajdores contra las que gira la administración.
Dentro de poco, no sería raro, que se difundan rumores sobre presuntos desvíos de recursos del Organismo "para las campañas de Morena".
La contienda electoral va preparando el escenario para debilitar a la administración municipal -como si no bastaran sus propios errores- y el flanco más débil es el Oomapasc donde el agua ya está llegando al cuello.
